El primer ministro británico, Boris Johnson, está listo para impulsar una nueva ley esta semana para apuntar contra las protestas «ruidosas» o «severamente molestas». Según Business Insider, la iniciativa implica la introducción de responsabilidad en forma de hasta 10 años de prisión para sus participantes.
Además, el proyecto de ley otorgará a los oficiales de policía poderes significativamente mayores para reprimir protestas, limitar el derecho a protestar frente al Parlamento del Reino Unido e introducir castigos de hasta diez años por dañar monumentos públicos.