(Video) Vea el Telescopio submarino de Rusia colocado debajo del lago Baikal de Siberia mientras los científicos apuntan a detectar partículas de hace millones de años

Los científicos rusos han lanzado un telescopio submarino profundo en el lago Baikal, el lago de agua dulce más grande del mundo por volumen. El dispositivo observará neutrinos, partículas diminutas que son difíciles de detectar sin la ayuda de agua pura.

Lanzado el sábado, Baikal-GVD intentará detectar la materia subatómica que llega desde el espacio exterior, con el objetivo de descubrir de dónde se origina.

Las partículas cósmicas de alta energía son increíblemente difíciles de encontrar, y colocar el dispositivo en una gran masa de agua prístina, donde no hay impurezas, aumenta las posibilidades de descubrirlas.

El lago Baikal, ubicado en Siberia, es famoso por su increíble profundidad y agua cristalina. Según los científicos, esto lo convierte en el lugar perfecto para el telescopio.

Con la información recién descubierta, los científicos creen que podrán aprender más sobre lo que sucedió en el universo hace miles de millones de años. Como las partículas tienen una masa baja y viajan cerca de la velocidad de la luz, se cree que llegan a la Tierra casi sin cambios desde que se produjeron por primera vez.

Baikal-GVD se colocó a 3,5 km (2,1 millas) de la orilla del lago, a una profundidad de entre 750-1300 m (2460-4265 pies).

Según Maxim Libanov, científico de investigación nuclear de la Academia de Ciencias de Rusia, el proyecto costó alrededor de 2.500 millones de rublos (34 millones de dólares).

Hablando en la ceremonia de lanzamiento el sábado, el académico de investigación nuclear Grigory Trubnikov calificó el proyecto como un triunfo de la ciencia rusa y la cooperación internacional, y señaló que el telescopio permitirá el registro de «mejores estadísticas de neutrinos de lo que era posible en años anteriores».

El proyecto se desarrolló junto con científicos de la República Checa, así como de Eslovaquia y Polonia, entre otros. El dispositivo ruso es similar a uno ya colocado en la Antártida, llamado IceCube, y resuelve un problema clave en la creación de una red mundial de neutrinos al tener un telescopio de alta sensibilidad en el hemisferio norte.

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