A última hora del 5 de marzo, un ataque con misiles a gran escala tuvo como objetivo las instalaciones y el equipo de los traficantes de petróleo en las áreas ocupadas por los turcos en el campo norte de Alepo en Siria.
Al menos dos misiles balísticos alcanzaron el cruce de al-Himran y un mercado petrolero cercano al pueblo de Jarabulus, cerca de la frontera con Turquía. Los traficantes contrabandean petróleo producido ilegalmente por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en el noreste de Siria a áreas ocupadas por Turquía a través del cruce.
Unos minutos más tarde, otros dos misiles balísticos y varios cohetes de artillería alcanzaron refinerías de petróleo improvisadas y tanques de almacenamiento en la aldea de Tarhin, al norte de la ciudad de al-Bab.
Según los informes, los misiles y cohetes se lanzaron desde la costa siria, donde se encuentra la base aérea rusa de Hemimim, y desde las afueras de la ciudad de Alepo.
Según un informe inicial del Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Londres, un hombre murió y al menos otros diez resultaron heridos como resultado de los ataques.
La semana pasada, un ataque con misiles similar tuvo como objetivo refinerías improvisadas y tanques de almacenamiento en la aldea de Mazaalah, al suroeste de la ciudad de Jarabulus.
Este fue el ataque con misiles más grande contra los traficantes de petróleo en las áreas sirias ocupadas por Turquía. Las fuerzas rusas y el Ejército Árabe Sirio estaban claramente detrás del ataque. Moscú y Damasco aparentemente están decididos a frenar la producción ilegal y el tráfico de petróleo sirio por parte de las FDS y los representantes turcos.