La contrainteligencia alemana identificó al partido parlamentario “Alternativa para Alemania” como «una amenaza para el gobierno constitucional». Según el ente, el partido de oposición más grande de Alemania será supervisado por sospechas de extremismo extremo.
Esto se debe al hecho de que el influyente político Bjorn Hecke en las provincias orientales, uno de los líderes del partido más radicales, arroja dudas sobre la pandemia e incita a personas de ideas afines a resistir la llamada «dictadura del coronavirus» que gobierna en Berlín.
La decisión de los servicios especiales se basa en un análisis de dos años de numerosos discursos y acciones del partido, que «violan los derechos humanos y socavan la democracia».
La definición del partido como «elemento peligroso» permite a la contrainteligencia utilizar medios especiales de inteligencia, introducir agentes encubiertos en las filas del partido y realizar búsquedas en sus instalaciones.
Georgy Orlov.