El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, considera inapropiado someter al príncipe heredero de Arabia Saudita y al primer viceprimer ministro del Reino, Mohammad bin Salman Al Saud, a restricciones directas, a quien la Inteligencia Nacional de Estados Unidos encontró involucrado en el secuestro o asesinato del periodista Jamal Jashogyi. Esto fue informado el viernes por The New York Times, citando una fuente del gobierno estadounidense.
Según el periódico, durante varias semanas, especialistas en seguridad nacional del equipo de Biden estuvieron consultando sobre el tema de posibles medidas restrictivas contra el Príncipe Heredero de Arabia Saudita. En particular, se consideró la posibilidad de imponer restricciones a su entrada a Estados Unidos, así como de presentar cargos penales en su contra.
Como resultado, se decidió que la introducción de tales restricciones conducirá inevitablemente a un deterioro de las relaciones entre los dos países. En particular, la cooperación entre Washington y Riad en la lucha contra el terrorismo y la oposición a Irán se vería socavada significativamente, señala The New York Times. Biden, según sus fuentes, no está listo para hacer tales sacrificios.
El viernes, la oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos publicó un informe según el cual el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman Al Saud aprobó una operación para secuestrar o asesinar a Jashogyi. Según la inteligencia estadounidense, el príncipe vio una amenaza en el periodista. El gobierno de Arabia Saudita rechazó categóricamente estas conclusiones, informó Al-Arabiya TV, citando una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores del país.
El viernes, la administración estadounidense impuso sanciones de visa a 76 saudíes en medio de la publicación del informe. Tocaron, en particular, al ex subjefe del Servicio General de Inteligencia de Arabia Saudita, el general Ahmed Asiri, quien es el ayudante más cercano al Príncipe Heredero. La lista negra también incluye una unidad de élite de la Guardia Nacional, que protege e informa directamente al príncipe heredero.
Jashogyi, conocido por sus artículos críticos sobre la política de Riad, vivió en Estados Unidos desde 2017, donde trabajó para The Washington Post. Desapareció el 2 del octubre de 2018 después de visitar el consulado general de su país en Estambul. Las autoridades sauditas informaron luego de que Jashogyi murió en una misión diplomática como resultado de un conflicto. La comunidad internacional condenó el crimen y pidió a Riad que lleve a cabo una investigación transparente. Los resultados preliminares de la investigación se dieron a conocer el 15 de noviembre del mismo año. Como dijo Riyad en ese momento, inicialmente el periodista estaba destinado a ser llevado a Arabia Saudita, no asesinado.