Ha estallado una nueva crisis en las relaciones entre Venezuela y la UE. El presidente Nicolás Maduro anunció que Venezuela cortaría los lazos con la Unión Europea, y a la embajadora de la UE en Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa, se le ordenó abandonar el país como medida de ojo por ojo tras una nueva ola de sanciones occidentales contra Venezuela. La expulsión de Pedrosa corresponde a la decisión del presidente estadounidense Joe Biden de prolongar la política de registrar todas las embarcaciones en ruta hacia Cuba. Esta decisión, ante todo, asesta un golpe a la economía venezolana. Los expertos interrogados por Nezavisimaya Gazeta sugieren que es probable que las nuevas restricciones mejoren la posición interna de Maduro en lugar de socavar su posición.
El estallido de tensiones con la UE muestra claramente que, aunque los funcionarios venezolanos estaban buscando formas de acercarse a Europa, es poco probable que las relaciones entre Bruselas y Caracas se derritan pronto, señala el periódico. Esto queda claro a la luz de la reciente decisión de Biden que permite a la Guardia Costera de Estados Unidos registrar todos los barcos con destino a Cuba. La Habana es uno de los pocos aliados de Maduro y el único lugar internacional para vender petróleo venezolano sin pasar por las sanciones de Estados Unidos. Es decir, Washington ha demostrado que no tiene planes de aliviar la presión de las sanciones sobre Venezuela, y es poco probable que los europeos se reúnan con Maduro a mitad de camino si Estados Unidos se niega a hacer lo mismo.
El director del Centro de Estudios Iberoamericanos de la Universidad Estatal de San Petersburgo, Viktor Jeifets, dijo a Nezavisimaya Gazeta que, bajo Biden, es poco probable que los lazos entre Estados Unidos y Venezuela se deterioren significativamente. Sin embargo, la Casa Blanca no dará el primer paso cuando se trata de Maduro.
«Aunque Biden apoya medios más suaves de presionar a Caracas, todavía necesita adoptar una postura dura para evitar enojar a muchos republicanos. En este caso, es poco probable que haya un deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba como el que sucedió durante la presidencia de Barack Obama”, dijo el experto.
«Es posible que Maduro haya decidido mostrar «quién manda» y que nadie pueda darle órdenes. De ser así, se está arriesgando. En general, la UE está más abierta a las negociaciones que EE.UU., si Maduro continúa poniendo a prueba la paciencia de la UE sin cesar, inevitablemente enfrentará una respuesta dura», predijo Jeifets.