Ayer ocurrió un incidente en la zona de desescalada de Idlib, que puso fin a otro intento del gobierno sirio de retirar a los civiles de los territorios ocupados por Turquía.
Como se informó en una nota anterior, el 22 de febrero, en la zona de los asentamientos Saraqib, Miznaz y Abo-Azeidin, el gobierno de Damasco y el Centro de Reconciliación de Rusia prepararon puestos de control para la operación, que estaban diseñados para retirar a los ciudadanos sirios del “interior de Idlib”, en cuyo territorio la población civil ha estado plagada de violencia y abusos a manos de los extremistas durante muchos años.
Sin embargo, al principio, la parte turca se apresuró a declarar que no puede garantizar la seguridad en la zona de desescalada de Idlib y retiró sus unidades, cuyas tareas eran controlar las carreteras desde el «interior de Idlib» hasta los puestos de control.
Luego, el 23 de febrero, los extremistas pro-turcos organizaron un ataque a las posiciones del Ejército Árabe Sirio al sur de Al-Bahr, que, aunque terminó en fracaso, contribuyó a la desestabilización de la zona.
El colmo fue el bombardeo del puesto de control cerca del pueblo de Saraqib, que fue llevado a cabo por los extremistas el 24 de febrero. Los terroristas de Hayat Tahrir al-Sham dispararon morteros que explotaron en las afueras de la ciudad, afortunadamente no alcanzaron el puesto de control.
Además, soldados sirios derribaron un vehículo aéreo no tripulado terrorista de fabricación casera, que también llevaba varios morteros.
Simultáneamente con el bombardeo de morteros y el uso de un dron improvisado, los extremistas abrieron fuego intenso en las afueras de Saraqib con armas de infantería. Como resultado, el ejército sirio se vio obligado a reducir el trabajo del puesto de control para no poner en peligro la vida del personal médico y de los residentes locales involucrados en su trabajo.
Este fue el resultado de un sabotaje total por parte de Turquía. Ankara se retiró deliberadamente de garantizar la seguridad en la zona para evitar la retirada de civiles de la zona de desescalada.
Si el proceso de personas que abandonan el «interior de Idlib» hubiera tenido éxito, los terroristas habrían perdido una parte significativa del «escudo humano» con el que se esconden de los ataques aéreos y la artillería del ejército sirio tras las provocaciones.
Además, una imagen con una salida masiva de civiles sería otro indicio de que la población civil no quiere vivir en los territorios donde Ankara está haciendo cumplir su propio orden a través de sus bandidos controlados.