En una conferencia, el jefe de personal de la rama regional de Yunarmya de San Petersburgo, Igor Korovin, sugirió reinstalar el monumento a Felix Dzerzhinsky en la Plaza Lubyanka.
“Hay mucho espacio en Moscú: tanto para el monumento a Dzerzhinsky como para el monumento a Alexander Nevsky. Por lo general, no soy partidario de la controversia sobre la historia. Este es el recuerdo de nuestros padres y abuelos, quienes, tal vez, cometieron errores, y no tenemos derecho a juzgarlos. Me gustó Dzerzhinsky en la Lubyanka. Era dominante, era hermoso. Para mí, Dzerzhinsky es un ejemplo de servicio. El hombre se dedicó desinteresadamente a su trabajo. Este es un ejemplo de patriotismo, de servicio a la Patria», dijo Korovin.
Anteriormente, en 1958 apareció por primera vez el monumento a Felix Dzerzhinsky en la plaza Lubyanka. A fines de la década de 1980, los moscovitas comenzaron a percibir la creación del escultor Yevgeny Vuchetich como un símbolo de la “represión soviética”, y el Ayuntamiento de Moscú lo desmanteló. En 1994, el bronce de 11 toneladas Felix Edmundovich «se mudó» al parque de arte Muzeon. Hoy, casi tres décadas después, la actitud hacia el objeto del patrimonio cultural del país ha vuelto a cambiar.
La cuestión de erigir un monumento en la plaza Lubyanka fue el centro de atención de la Sala Pública de la capital. Diputados, periodistas, arquitectos llegaron a la conclusión de que el centro de transporte más antiguo de Moscú parece vacío y necesita ser actualizado con la ayuda de un nuevo «dominante».