La 57° Conferencia de Seguridad de Munich se celebró por primera vez en línea el 19 de febrero. Su agenda abordó el restablecimiento de los lazos transatlánticos, la pandemia del coronavirus y los desafíos que creó para los sistemas de salud y la democracia. El orador principal del evento, el presidente estadounidense Joe Biden, se embarcó en una misión para reconciliar a Estados Unidos y Europa, escribe Izvestia.
Rusia y China, que no participaron en la conferencia este año, aún jugaron un papel crucial en el restablecimiento de la alianza UE-EE.UU. Tenían un lugar especial en la dirección de Biden. Hizo hincapié en la necesidad de prepararse para una competencia estratégica a largo plazo con China y acusó a Rusia de supuestos intentos de socavar el proyecto europeo y la unidad transatlántica.
«La Conferencia de Seguridad de Munich de este año fue una fiesta para los transatlánticos, una muy esperada y promovida artificialmente», dijo el politólogo alemán Alexander Rahr. «Todo lo que se habla sobre la soberanía europea cesará ahora. Al mismo tiempo, se harán intentos más claros para evitar el movimiento mundial hacia un orden multipolar, donde las negociaciones deben involucrar a Rusia y a China», agregó el experto.
Según el director adjunto del Centro de Estudios Integrales Europeos e Internacionales de la Escuela Superior de Economía Dmitry Suslov, la imagen de Rusia como enemigo se está utilizando en ambos lados del Atlántico como un factor importante de consolidación.
“Sin embargo, aunque Estados Unidos enfrentará la resistencia de sus aliados en la lucha con Beijing (no fue una coincidencia que los europeos firmaran un acuerdo de inversión con China justo antes de la toma de posesión de Biden), las cosas parecen ser mucho más fáciles en lo que respecta a unir fuerzas contra Rusia. Podemos ver que las relaciones Rusia-UE se están deteriorando, lo que proporciona bases para la restauración de las políticas consolidadas de Occidente hacia Moscú”, enfatizó el politólogo.