Las nevadas y heladas anormales que azotaron varios estados de Estados Unidos mataron hasta 38 personas. El número de víctimas crece y la situación solo empeora debido a la falta de preparación de la infraestructura estatal para tales condiciones climáticas.
El más afectado fue el estado de Texas, donde anteriormente se informó de unos 23 muertos.
Los intentos de mantener el calor también comenzaron a conducir a resultados letales: se sabe sobre una muerte en un automóvil por intoxicación por monóxido de carbono, y el uso de estufas de gas y chimeneas para calentar provoca incendios, informa el canal de televisión CBS.
The New York Times escribe que los estadounidenses están muriendo en accidentes en carreteras heladas, de frío y desesperados «tratando de encontrar algo de calor».
El problema del suministro de agua y energía sigue siendo urgente. Según la información más reciente, alrededor de 300 mil residentes más de Texas siguen sin electricidad y más de 260 mil, sin agua.
Se informa que el suministro de agua potable embotellada es insuficiente para abastecer a todos los necesitados, y además, ya existen interrupciones en el suministro de alimentos en las ciudades. Las heladas severas han interrumpido el funcionamiento de los paneles solares y las turbinas eólicas, que están congeladas y no pueden generar electricidad.
La situación con una disminución de la generación eléctrica provocó un fuerte salto en los precios de la misma. Una situación similar se ha desarrollado con la escasez de gas natural: su costo aumentó de inmediato.
Además, la gente literalmente pierde sus hogares: las casas se inundan debido a la rotura de las tuberías y algunas de ellas tienen techos que se derrumban bajo el peso de la nieve.
