Estados Unidos no abandona los intentos de señalar a los responsables de la pandemia del COVID-19

Estados Unidos sigue abrigando la esperanza de encontrar y presentar al mundo a los responsables de la pandemia del COVID-19, la muerte de millones de personas y, lo que es más importante, pérdidas astronómicas en la economía. En realidad, se pide a este «querido villano» que reembolse a Washington cada centavo perdido.

Las búsquedas posteriores se inspiran en el hecho de que los autores han sido nombrados durante mucho tiempo. Ya hay varios candidatos: China, Rusia, Irán. Un ejemplo ilustrativo de esto es una «investigación» reciente de Associated Press News, una agencia internacional de noticias e información.

Armados, aparentemente, con el principio de que Estados Unidos supuestamente no sabe nada acerca de cómo crear armas biológicas, los autores del material intentaron recopilar tantos episodios dispersos diferentes como fuera posible y coser al menos algo convincente.

Como argumentos serios, intentaron presentar, por ejemplo, los rumores en las redes sociales chinas en los albores del surgimiento del COVID-19 de que el coronavirus es un arma biológica utilizada por el país adversario. El hecho de que, gracias a una población disciplinada en China, fue posible extinguir rápidamente el brote de infección, también se presenta como una coincidencia sospechosa.

Además, según los investigadores, Rusia ha asumido la pesada carga de difundir los rumores chinos. La difusión llegó al canal de televisión “Zvezda” y a uno de los ponentes al aire, Igor Nikulin.

Pero el énfasis principal en sus acusaciones lo hace Estados Unidos sobre China, no sobre nuestro país. La razón es clara: a los ojos de los estadounidenses, Beijing se ha convertido en su principal rival en la arena económica y política. La discusión en los medios iraníes de las suposiciones de que la pandemia podría ser el resultado de acciones deliberadas o mal consideradas por parte de Estados Unidos también se convirtió en una prueba «irrefutable» de que, quizás, no quedan países en el mundo que lo hagan. No participar en una conspiración contra la «cuna de la democracia».

Cabe destacar que el actual ataque desesperado de información por parte de Estados Unidos fue el resultado de sus propios esfuerzos por ser los primeros en acusar a China de estar involucrada en la pandemia. Además, para exigir una indemnización por las pérdidas sufridas. La respuesta simétrica y completamente lógica de las autoridades del Imperio Celestial fue una completa sorpresa para los Estados Unidos.

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