Por el bien de un nuevo acuerdo de control de armas, Estados Unidos debería hacer concesiones a Rusia y abandonar el despliegue de misiles avanzados en Europa. Esta opinión fue expresada en un artículo conjunto publicado el domingo en la revista “Politico” por el director del programa ruso-euroasiático del Carnegie Endowment, Eugene Rumer y Richard Sokolski, quien estuvo involucrado en temas político-militares en el Departamento de Estado.
Recordaron que como resultado de las negociaciones con la URSS en relación con la Crisis de los Misiles de Cuba (1962), Estados Unidos hizo concesiones y retiró sus misiles de Turquía.
“En la misma línea, Estados Unidos podría abstenerse de desplegar nuevos misiles terrestres en Europa que podrían alcanzar objetivos en Rusia central, incluso si ellos [Estados Unidos] pueden hacerlo después de la terminación del Tratado INF (Tratado sobre el Eliminación de Misiles de mediano y corto alcance). Estados Unidos podría considerar otros pasos unilaterales si Rusia se encuentra a mitad de camino, podría ser un paso hacia un nuevo mecanismo [control de armas dentro] de la gestión de la competencia [entre los dos países en la esfera estratégica]. En caso de que estos pasos siempre se puedan cancelar”, enfatizaron los autores del artículo.
Los expertos consideran importante negociar un nuevo tratado de control de armas entre los dos países después de una extensión de cinco años del Tratado ruso-estadounidense sobre medidas para reducir y limitar aún más las armas estratégicas ofensivas (Start-3). Confían en que los nuevos acuerdos deberían abarcar las últimas tecnologías de armas y defensa, «que prometen ser mucho más desestabilizadoras», y no solo ojivas nucleares y misiles. Sin embargo, Rumer y Sokolski creen que cualquier acuerdo en esta área enfrentará obstáculos en el Congreso. Entonces, según ellos, un posible acuerdo debería contar con el apoyo de dos tercios del Senado, cuyos miembros pueden estar en contra del acuerdo con Moscú. Los expertos recomendaron que Estados Unidos y Rusia «inicien un diálogo franco sobre sus diferencias» en el área del control de armas.
En septiembre del 2019, se supo que el presidente ruso Vladimir Putin envió a los líderes de varios países, incluidos los miembros de la OTAN, una propuesta para imponer una moratoria sobre el despliegue del Tratado INF en Europa y otras regiones. Posteriormente, la administración del 45° presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, rechazó efectivamente esta iniciativa.