Los empleados de la administración del presidente estadounidense Joe Biden están discutiendo con los legisladores en el Congreso de los Estados Unidos la posibilidad de asignar fondos adicionales para garantizar la ciberseguridad ante un ataque de piratas informáticos a gran escala contra los departamentos gubernamentales del país. Así lo anunció el miércoles el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mallorcas en CNN.
El software Orion de SolarWinds fue pirateado en marzo del 2020. Los piratas informáticos lograron inyectar un virus en la actualización de Orion, que luego fue descargada y utilizada por miles de clientes de SolarWinds, incluidas las principales agencias gubernamentales, así como más de 400 de las empresas estadounidenses más grandes.
“Desafortunadamente, nada impulsa más a tomar medidas urgentes y decisivas que los eventos adversos”, dijo Mallorcas. “Este es precisamente el caso del elaborado ciberataque contra SolarWinds”, agregó. Según el jefe del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., los funcionarios de la administración de Biden y los legisladores del Congreso de EE.UU. «están investigando qué fondos adicionales se pueden utilizar para garantizar la seguridad» de la infraestructura y los sistemas informáticos de EE.UU. a la luz de el incidente.
En una declaración conjunta publicada en diciembre del 2020, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de EE.UU., el FBI y la Agencia de Infraestructura y Ciberseguridad dijeron que habían documentado un ataque importante a las redes informáticas del gobierno federal. El entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, esbozó la versión según la cual Rusia presuntamente estuvo involucrada en el ataque. Mientras tanto, Donald Trump, entonces presidente de Estados Unidos, destacó que los medios exageraron la magnitud de lo sucedido.
El secretario de prensa del presidente ruso, Dimitri Peskov, dijo que Moscú no participó en ataques de piratas informáticos contra agencias y empresas del gobierno de Estados Unidos. Según él, cualquier acusación de la participación de Rusia «es absolutamente infundada y es más bien una continuación de la rusofobia ciega, que se utiliza en cualquier incidente».