China finalmente ha hecho que Estados Unidos entable un diálogo. El miembro del Buró Político del Partido Comunista de China, Yang Jiechi, señaló el deseo de Beijing de mejorar las relaciones en un discurso a una influyente organización consultiva no gubernamental con sede en Washington. Según él, China no está desafiando el papel dominante de Estados Unidos, no tiene intención de dividir esferas de interés y no busca imponer su modelo de desarrollo a otras. Sin embargo, para volver a encarrilar las relaciones, Estados Unidos debe dejar de interferir en los asuntos de China, escribe Nezavisimaya Gazeta.
Yang Jiechi también presentó tres demandas: los estadounidenses deben acordar restablecer los lazos diplomáticos y comerciales normales, adoptar un enfoque justo con los empresarios chinos y dejar de perseguir a los estudiantes chinos en Estados Unidos. Entonces, ¿el mensaje de Beijing indica la voluntad de China de reconciliarse o su compromiso con una política dura?
El subdirector del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia, Alexander Lomanov, señaló que «China siempre ha querido tener buenas relaciones con Estados Unidos».
«Después de tomar el mando de la administración del país, Xi Jinping ofreció un nuevo concepto de relaciones entre las principales potencias. El concepto, dirigido principalmente a Estados Unidos, se basó en los principios de respeto mutuo y cooperación. Dicho esto, el deseo de vivir en armonía con Estados Unidos, lo que Beijing ha expresado recientemente es una continuación de la política tradicional de China”, explicó el experto.
La pregunta es qué pasará en el 2030, cuando, según muchos expertos, China superará a Estados Unidos y se convertirá en la mayor economía del mundo.
«Por ahora, China se apega a sus viejos principios, reiterando que nunca se convertirá en una potencia hegemónica ni cometerá agresiones contra otros países. Sin embargo, su poder económico proporcionará a Beijing nuevas herramientas de influencia política global. Pero aún así, China no seguirá los pasos de Estados Unidos, creando alianzas militares para asegurar su dominio», señaló Lomanov.