Un centro de vigilancia conjunto ruso-turco que abrió el sábado en la región de Agdam en Azerbaiyán, ubicado a 8 km de la línea de contacto de las partes en el conflicto de Karabaj, duplica casi por completo las funciones que desempeñan las fuerzas de paz rusas en la región en 27 puestos de observación. Escribe Nezavisimaya Gazeta. Al mismo tiempo, los representantes de Ankara no ocultan el hecho de que están dispuestos a apoyar a sus aliados por la fuerza, y los acontecimientos en Siria demostraron que el ejército turco no está dispuesto a tener en cuenta los intereses de sus colegas rusos en las zonas de conflicto.
Varios expertos creen que Turquía está decidida a realizar proyectos más rentables económica y geopolíticamente en el sur del Cáucaso.
«Ankara continúa utilizando su ‘poder blando’ y proyectos socioeconómicos para fortalecer su influencia en el suelo de Karabaj», dijo al periódico el experto militar Yuri Netkachev, quien destacó el hecho de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el jefe de estado de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, discutieron la apertura de un centro de monitoreo en la región y hablaron sobre la participación de empresas turcas en los trabajos de restauración en los territorios que estaban bajo el control de Bakú.
Otro proyecto importante para Turquía, según Netkachev, está relacionado con la creación de nuevas rutas de transporte desde la región hasta el Mar Caspio, que fueron discutidas en Moscú el pasado sábado por representantes de Azerbaiyán y Armenia.
Netkachev también destacó el aumento de la retórica anti-rusa entre las agencias de noticias armenias, asociado con la posición de Pashinyan, quien hace dos años ya había propuesto retirar la 102° base militar rusa de Armenia.