Holanda ha soportado su primera noche de toque de queda impuesto en un intento por detener la propagación del coronavirus. La restricción se rompió en varios lugares y las cosas se pusieron particularmente calientes en una ciudad.
Un grupo de alborotadores manifestantes se reunieron en la zona portuaria de Urk, a 80 kilómetros (50 millas) al noreste de la capital, Ámsterdam, durante la noche, poco después de que entrara en vigor el toque de queda a las 9 pm. El grupo conducía automóviles, tocaba bocinas y agitaba banderas nacionales en la plaza, según muestran las imágenes de la escena.
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Los manifestantes se volvieron ruidosos e incendiaron un sitio de coronavirus ubicado en la plaza. Luego, el grupo aparentemente esperó a que llegara la policía para burlarse de los oficiales y arrojarles varios proyectiles.
También se observaron pequeños enfrentamientos entre las personas que desafiaron el toque de queda y la policía en otras partes de la ciudad. Algunos manifestantes lanzaron fuegos artificiales contra los agentes, que llegaron con todo su equipo antidisturbios y una considerable unidad de perros policía.
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A diferencia de muchos países en todo el mundo, los Países Bajos adoptaron un enfoque de laissez-faire para combatir la pandemia de coronavirus durante la mayor parte de 2020. La situación cambió en diciembre, a medida que aumentaban los casos y el gobierno adoptó medidas más duras y, en última instancia, al primer toque de queda desde la Segunda Guerra Mundial.