Biden fía a un gasto sin precedentes para frenar el sorpasso de China

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tomará hoy posesión de su cargo con una economía que se contrajo el año pasado al menos un 2,4% según las proyecciones que calcula la Reserva Federal. Un revés que contrasta con el crecimiento del 2,3% registrado por China, la única gran potencia que despidió 2020 en positivo.

 

 

De hecho, el impacto de la pandemia ha intensificado la rivalidad entre ambos países, según indicó el martes un informe publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Una carrera en la que se estima que el némesis de Washington conseguirá posicionarse como la principal economía del planeta tan pronto como en los próximos cinco años.

Desde Nomura ya habían estimado que la economía de China superaría a la de EEUU en 2030, pero el avance registrado el año pasado ha provocado que este banco acorte este plazo hasta 2028, tomando como referencia las proyecciones del Fondo Monetario Internacional. No obstante, si la apreciación de la divisa china continúa y el dólar pierde fuelle, el adelanto podría producirse tan pronto como en 2026.

La pandemia «asestó un golpe mucho más grande a la economía estadounidense que a la china», según reza el informe de Nomura a sus clientes. «El tiempo dirá, pero en nuestra opinión hay una alta probabilidad de que en 2026 China resurja como la mayor economía del mundo», añaden.

Es por ello que Biden y su gabinete económico llegan dispuestos a instigar un gasto público sin precedentes, que no solo evite «una recesión más larga y dolorosa» como adelantó el martes Janet Yellen, nominada a secretaria del Tesoro, sino que frene el imparable avance del gigante asiático. La nueva Administración estadounidense aboga inmediatamente por una factura de gasto adicional por valor del 8,6% del PIB que se sumaría a los estímulos por más de 2 billones de dólares activados el pasado mes de marzo y la remesa de otros 900.000 millones de dólares adicionales autorizados a finales de diciembre.

Pero además del Plan de Rescate Americano desvelado la semana pasada, por valor de 1,9 billones de dólares, el demócrata presentará el próximo mes la segunda fase del mismo, orientado a la inversión en infraestructura y la transición energética que promete ascender hasta por los menos otros 2 billones de dólares.

De momento, entre las próximas iniciativas que baraja Biden, quien busca instigar «la mayor movilización de inversiones públicas en infraestructuras e I+D desde la Segunda Guerra Mundial» se quiere incluir una inversión de 400.000 millones de dólares para «comprar productos, materiales y servicios americanos».

Yellen, al rescate

En sus declaraciones ante el Comité Financiero del Senado, como parte de su proceso de confirmación, la expresidenta de la Reserva Federal reconoció que «EEUU debe enfrentarse a los abusos de China», un reto para el que la Administración Biden dice estar preparado.

En este sentido, Yellen criticó al gobierno chino por acciones que han sido ampliamente condenadas por los economistas y la comunidad internacional, incluyendo el dumping de productos baratos en los mercados extranjeros, los subsidios ilegales a las empresas nacionales, la imposición de barreras comerciales y el robo de propiedad intelectual.

«Cuando las prácticas desleales tienen que ver con cosas como el robo de propiedad intelectual y la participación en transferencias de tecnología forzadas, o subsidios que proporcionan una ventaja tecnológica injusta, creo que deberíamos centrarnos directamente en esas prácticas», aclaró.

La primera mujer que tomará las riendas del Departamento del Tesoro explicó que EEUU debe trabajar con sus aliados para plantar cara a Pekín, lo que difiere de la preferencia de Trump por las negociaciones unilaterales y las sanciones agresivas. «Creo que debemos tratar de abordar las prácticas comerciales injustas, y la mejor manera de hacerlo es trabajar con nuestros aliados en lugar de hacerlo unilateralmente», recalcó.

Es más, en su testimonio, la exfuncionaria del banco central estadounidense hizo un guiño a sus aliados europeos al indicar que las negociaciones sobre un impuesto digital global auspiciado bajo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) son importantes para que EEUU pueda recaudar impuestos de las empresas que han trasladado sus sedes al extranjero.

«Nos permitiría recaudar una parte justa de las corporaciones, manteniendo al mismo tiempo la competitividad de nuestros negocios y disminuyendo los incentivos que las empresas estadounidenses tienen ahora para realizar actividades en el extranjero», dijo.

Precisamente, la próxima secretaria del Tesoro dejó entrever algunas de las iniciativas fiscales que garantizarán que los demócratas puedan justificar un desembolso a gran escala no solo avalado por el bajo coste de este apalancamiento. Entre ellas mencionó un impuesto de sociedades algo más alto y la necesidad de fiscalizar en algún momento las ganancias de capital. También dijo creer en un código tributario «justo y progresivo».

Durante su campaña presidencial, Biden propuso aumentar el impuesto de sociedades hasta el 28% desde el 21% actual. No se espera que los cambios en el código tributario se materialicen inmediatamente dado que, en estos momentos, se quiere dar prioridad a calmar el impacto de la pandemia en la economía.

Los primeros días de Biden en el Despacho Oval

Economía: Pagos directos de 1.400 dólares y la extensión e incremento de subsidios adicionales por desempleo (400 dólares), requerirán el visto bueno de los legisladores.

Pandemia: Su objetivo es vacunar a 100 millones de estadounidenses en sus primeros 100 días de gobierno.

Clima, Energía y Medio Ambiente: Está previsto que vuelva a reincorporar a EEUU al Acuerdo de París en sus primeras horas en el Despacho Oval.

Inmigración: Biden puede deshacer las órdenes ejecutivas de Trump, entre ellas la que prohibió la entrada de inmigrantes de varios países predominantemente musulmanes.

Seguridad Nacional y Política interior: Está previsto que cancele el decreto de Trump que prohíbe a los transexuales servir en el ejército.

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