A partir de ayer lunes, Rusia está lanzando una campaña de vacunación masiva de la población contra el COVID-19 por orden del presidente ruso Vladimir Putin. Anteriormente, el alcalde de Moscú, Sergey Sobyanin, dijo que el número de personas que deseaban recibir la vacuna en la capital rusa se había triplicado en el último mes. Los expertos consultados por Kommersant señalan que es más probable que la generación de avanzada edad de rusos acepte ser inoculada con la vacuna, sin embargo, no se registra un entusiasmo significativo entre otros grupos de edad.
Alexei Firsov, quien dirige el centro de diseño social “Platforma”, dijo al periódico que las personas que fueron vacunadas en diciembre «se sintieron pioneros» y, como no se registraron efectos secundarios negativos, se documentó una «ola positiva».
«Sin embargo, si estimamos la preparación general de los rusos para la vacunación, no es tan alta», dijo. «La última encuesta realizada por el Centro de Investigación de Opinión Pública de Rusia muestra que el 38% está dispuesto a vacunarse. Si lo comparamos con la situación mundial, esta cifra está al mismo nivel que Francia, pero es más baja que en Alemania, Inglaterra o los Estados Unidos». El experto confía en que la campaña de vacunación «se está despojando de la cúspide»: ahora se está inoculando a quienes llevaban un tiempo listos para recibir la vacuna.
Según Elena Agadullina, psicóloga e investigadora de la Escuela Superior de Economía, en Moscú, la experiencia positiva de quienes ya habían recibido la vacuna jugó un papel alentador, mientras que en las regiones, la oportunidad de vacunación es menor debido a una restricción del número de dosis.
«Tan pronto como la campaña de vacunación gane fuerza, la gente estará más dispuesta a vacunarse», predice. «Otro tema que, después de cierto período, puede haber un retroceso relacionado con el hecho de que algunas experiencias negativas son inevitables entre una gran cantidad de casos».