El número de muertos a causa de los enfrentamientos intercomunitarios registrados durante los últimos días en varias zonas de la región sudanesa de Darfur ha ascendido a cerca de 180, según el último balance facilitado por organizaciones médicas del país africano.
El Comité de Doctores de Darfur Occidental ha resaltado que 139 personas murieron y cerca de 200 resultaron heridas en los enfrentamientos que estallaron el viernes y se prolongaron durante el fin de semana en la capital regional, Al Geneina.
El organismo ha indicado que durante la jornada del lunes llegaron a los hospitales los cuerpos de decenas de personas muertas en los combates en las áreas de Morni y Goker y ha agregado que se espera que la cifra de muertos y heridos aumente en las próximas horas.
En este sentido, ha apuntado a dificultades a la hora de acceder a la zona de los enfrentamientos y ha hecho hincapié en la necesidad de enviar ayuda humanitaria y medicamentos a este área del país para atender a las víctimas, según ha informado la agencia estatal sudanesa de noticias, SUNA.
Los incidentes estallaron tras la muerte de un miembro de una comunidad nómada árabe durante una refriega con un integrante de la comunidad mesalit en el campamento de Kerainding, situado en los alrededores de El Geneina, un incidente similar a los registrados entre estos mismos grupos en diciembre de 2019.
Pese a que el responsable de la muerte del nómada fue detenido por las fuerzas de seguridad, miembros de su comunidad se dirigieron inmediatamente al campamento de Kerainding y atacaron a los residentes.
Por otra parte, alrededor de 40 personas han muerto en nuevos enfrentamientos entre las tribus falata y rizeigat en la localidad de Geireda, en el estado de Darfur Sur, en medio del repunte de los incidentes entre estas comunidades durante los últimos meses.
Sin embargo, el gobernador de Darfur Sur, Musa Mahdi, ha resaltado que se han adoptado medidas de seguridad para intentar contener la situación, si bien ha reconocido que las operaciones de búsqueda y recuento de víctimas siguen en marcha, tal y como ha recogido el portal de noticias Sudan Tribune.
Mahdi ha hecho hincapié en que las fuerzas de seguridad han incrementado sus patrullas y han logrado reducir los enfrentamientos, antes de destacar que se han enviado fuerzas adicionales desde Darfur Oriental para evitar la expansión de los enfrentamientos.
Estos incidentes tienen lugar, además, después de que el Gobierno y los grupos armados firmantes del histórico acuerdo de paz de octubre de 2020 acordaran desplegar una fuerza conjunta a raíz de la retirada de las tropas de la Operación Híbrida de la Unión Africana y Naciones Unidas en Darfur (UNAMID).
Sin embargo, a pesar de que la UNAMID puso fin a sus operaciones e inició el repliegue hace cerca de dos semanas, esta fuerza conjunta no ha sido enviada sobre el terreno, lo que ha provocado un vacío de seguridad que las autoridades pretenden llenar al menos de forma temporal con el envío de refuerzos para hacer frente a la situación.
LA CRISIS EN DARFUR
Darfur es una de las regiones más pobres de Sudán, con tasas de pobrezas superiores al 65 por ciento en Darfur Central, y cerca de cinco millones de personas han recibido ayuda humanitaria en la zona entre enero y septiembre de 2020, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La región de Darfur ha sido escenario de un repunte de las tensiones intercomunitarias a pesar del citado acuerdo de paz, que intenta poner fin a los combates que estallaron en 2003, que han dejado al menos 300.000 muertos y más de 2,5 millones de desplazados.
El expresidente Omar Hasán al Bashir, así como otros altos cargos durante su mandatos, son buscados por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por supuestos crímenes de guerra y contra la Humanidad en el marco de este conflicto.
Diversos países de la región han registrado en los últimos años cientos de enfrentamientos intercomunitarios, que se han saldado con miles de víctimas, principalmente a causa de los intentos de robo de ganado y las disputas entre pastores y agricultores en las zonas más fértiles a causa del aumento de la desertificación y el desplazamiento de poblaciones.