El empresario estadounidense Emad Sharghi fue acusado por las autoridades iraníes de espionaje y condenado a 10 años de prisión. Esto fue informado el domingo por la noche por NBC citando a una declaración de un amigo de la familia Shargi.
El informe señala que tales acciones de las autoridades iraníes pueden complicar la implementación de los esfuerzos diplomáticos por parte de la futura administración del presidente electo Joseph Biden, quien previamente anunció que «estará abierto a aliviar las sanciones contra Teherán si este régimen vuelve a cumplir con los términos del acuerdo nuclear del 2015».
Shargi, de 56 años, que tiene ciudadanía iraní-estadounidense, fue citado a un tribunal en Teherán el 30 de noviembre, acusado de espionaje, y fue sentenciado a 10 años de prisión sin juicio, según una fuente de televisión. Desde entonces, la familia no ha recibido noticias de él.
Según la emisora, Shargi se convirtió en el cuarto ciudadano estadounidense de origen iraní detenido en Irán. Este país también detuvo a Siamak Namazi (desde el 2015), su padre Baker y Morad Tahbaz, un activista ambiental que también tiene ciudadanía británica.
Shargi nació en Irán y se educó en los Estados Unidos. En el 2016, él y su esposa regresaron a Irán para restablecer los lazos con su tierra natal, según declaró su familia. En los Estados Unidos, trabajó en la industria de materiales poliméricos y luego trabajó con una firma de corretaje de aviación en Abu Dhabi. Fue arrestado por primera vez en Irán en abril del 2018 y se le mantuvo bajo vigilancia hasta diciembre del 2018, cuando fue puesto en libertad bajo fianza. En diciembre del 2019, un tribunal iraní no reveló ninguna violación de la ley en las acciones de Shargi, pero aún no le devolvió sus pasaportes iraníes y estadounidenses.
El canal de televisión no especifica qué país o países han acusado las autoridades iraníes de espiar para qué país o países.