La seguridad del Capitolio aumenta antes de la toma de posesión del futuro presidente de Estados Unidos. Se levantaron barricadas alrededor del edificio y se instaló equipo militar.
Las autoridades informan intentos regulares de ingresar al área. Se espera que haya 21.000 efectivos para mantener el orden el 20 de enero. Algunos congresistas republicanos viajan con guardias armados y compran chalecos antibalas.
En la actualidad, el régimen de mayor seguridad se mantiene en todo el país: las fuerzas del orden temen nuevos pogromos. Los residentes locales simpatizan con las medidas que se están tomando.
“Creo que esto es necesario dado lo que ha sucedido durante las últimas dos semanas y las posibles amenazas futuras. Es una pena que todo haya ido tan lejos que esto es lo que se necesita para la toma de posesión. Esto es necesario para una transferencia de poder libre y justa. Es triste, pero creo que es necesario”, dice el residente local John.
El aumento de la zona de amortiguamiento cerró el acceso al territorio a lo largo de la cerca del lado sur de la Casa Blanca, así como a la llamada «Elipse», donde tradicionalmente se planta el principal árbol de Navidad del país. Esta es la primera vez que los residentes se enfrentan a este tipo de formación.
“Encuentro lo que está sucediendo al mismo tiempo triste y emocionante. Me alegra que tengamos un nuevo presidente, que comenzaremos el camino hacia la recuperación. Al mismo tiempo, me aterroriza que las cosas hayan llegado tan lejos”, dice la residente local Holly.
Recordemos que el 6 de enero, los partidarios de Trump irrumpieron en el edificio del Capitolio durante manifestaciones contra los resultados electorales. Los manifestantes avasallaron a los guardias y ocuparon las instalaciones del Senado. Posteriormente, se encontraron artefactos explosivos improvisados en el territorio del Capitolio. Como resultado de los pogromos, cinco personas murieron.