El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en una sesión informativa de seguridad, se aseguró de que la administración saliente estuviera comprometida con una transferencia ordenada del poder y una ceremonia de inauguración segura.
«Estamos comprometidos con una transición ordenada y una toma de posesión segura. El pueblo estadounidense no se merece menos», dijo Pence en una reunión con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
En la sesión informativa de FEMA sobre las medidas de seguridad antes de la inauguración del 20 de enero, transmitida por NBC News, Pence dijo que la transferencia de poder debe realizarse de una manera que sea consistente con las tradiciones estadounidenses y que «honre al pueblo estadounidense».
Poco después, Pence hizo una parada no programada en el Capitolio, donde se reunió con las tropas de la Guardia Nacional encargadas de brindar seguridad durante la ceremonia.
The Washington Post informó anteriormente, citando fuentes, que grupos de extrema derecha planeaban organizar disturbios esporádicos en la capital de Estados Unidos a pesar de la fuerte presencia de seguridad.
La ceremonia de inauguración en sí no contará con la asistencia del público y muchos de los monumentos y plazas de Washington DC estarán cerrados.
Más de 7.000 efectivos de la Guardia Nacional se han desplegado en la ciudad desde la violación del edificio del Capitolio el 6 de enero. Unos 2.000 tienen la tarea de supervisar la seguridad en la propia inauguración, mientras que una fuerza estimada de 20.000 efectivos se distribuirá por toda la ciudad para anular cualquier riesgo de seguridad percibido.