Los ‘Oath Keepers’, la franja paramilitar de los asaltantes al Capitolio

El pequeño grupo extremista ‘Oath Keepers’, una especie de milicia antigubernamental impregnada de conspiracionismo, aparece como uno de los elementos más peligrosos en haber participado en el asalto al Capitolio el miércoles 6 de enero. 

 

 

Son el lado más sombrío y violento de la tropa de partidarios de Donald Trump que se tomaron por asalto el Capitolio el miércoles 6 de enero. Un grupo de extremistas que prefieren el traje militar y el casco de combate a los atuendos más folklóricos utilizados por algunos de los manifestantes. 

Su papel en el saqueo de esta alta esfera de la democracia estadounidense parece ganar importancia a medida que se revela la realidad sobre el nivel de preparación y la determinación por sembrar el caos de estos manifestantes con aires paramilitares.

“El movimiento anti-gobierno más amplio de Estados Unidos”

“Una gran cantidad de los individuos detenidos tienen vínculos con estas milicias de extrema derecha que habían llevado armas e incluso explosivos”, apunta el portal ABCNews que examinó el perfil de los primeros 68 manifestantes interrogados desde hace una semana. 

Uno de los grupos de este movimiento llamó particularmente la atención, pues sus miembros estuvieron entre los primeros y los más determinados a forzar el paso para entrar al Capitolio. Se llaman “Oath Keepers” (Guardianes del Juramento), y es posible verlos en varios videos abriéndose paso a través de la multitud para llegar hasta la puerta de entrada del edificio federal, avanzando de manera muy disciplinada y militar.

Fácilmente reconocibles —exhiben el nombre de su grupo en su atuendo o en la parte trasera de su casco— también aparecen en varias fotos tomadas en el interior del edificio federal. Por su parte, su líder, Stewart Rhodes, prefirió quedarse en el exterior, desde donde arengó a las multitudes, haciendo un llamado para “detener” a los electos que iban a votar para certificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden. 

Los ‘Oath Keepers’ son tan sólo un enésimo movimiento radical que, al igual de los Q-Anon, los ‘Boogaloo boys’ o los ‘Proud Boys’, ganó visibilidad durante el mandato de Donald Trump. A causa de su historia, el perfil de sus miembros y su ideología se distingue en el paisaje sobrepoblado de pequeños grupos de extrema derecha en Estados Unidos. 

Fundado en 2009 como reacción ante la elección del demócrata Barack Obama a la Presidencia, esta milicia se impuso con el paso de los años como “el movimiento radical antigubernamental más amplio de Estados. Unidos”, resalta el Southern Poverty Law Center (SPLC), una de las principales ONG que vigilan la extrema derecha en Estados Unidos. Los ‘Oath Keepers’ reivindican de manera oficial más de 30.000 miembros, pero el SPLC estima que debe haber entre 2.000 y 3.000 miembros activos. 

De Yale al conspiracionismo

Su éxito se debe mucho a la personalidad de su fundador, Stewart Rhodes, un antiguo militar que pasó por la muy prestigiosa universidad de derecho de Yale, y que apoyó en 2008 al candidato libertario Ron Paul, antes de caer en la caldera extremista y conspiracionista. 

Este fanático de las armas de fuego, que perdió un ojo durante los años 1990 manipulando una pistola, pensó su organización como un refugio para los miembros de las fuerzas del orden frustradas por no poder defender abiertamente su ideología extremista en el seno de las instituciones.

Lo que distingue a los ‘hatO Keepers’ de las otras milicias de extrema derecha “es la fuerte propensión de representantes y exmiembros de los diversos cuerpos armados”, resume The Atlantic en una investigación dedicada a este movimiento, publicada en noviembre de 2020. El grupo cuenta con policías, vigilantes de frontera, al menos un agente del Servicio Secreto, varios miembros del SWAT (la fuerza de intervención rápida de la policía) y un sheriff, entre otros, contabilizó el portal que pudo conseguir un archivo de miembros y simpatizantes de los ‘Oath Keepers’. 

Además, para hacer parte de este movimiento es necesario prestar un juramento “de defender la Constitución” (de ahí el nombre de ‘Oath Keepers’), durante una ceremonia calcada de la que se realiza para entrar en la policía. Pero para Stewart Rhodes y sus secuaces, la Constitución se reduce más o menos a la famosa segunda enmienda, que establece el derecho a poseer un arma de fuego. Y el enemigo contra el cual hay que defender ese texto sagrado es el gobierno, sospechoso según ellos de tratar de confiscar todas las armas en circulación con el fin de poder instaurar una dictadura con más facilidad. 

Hay un delirio conspiracionista que también hace parte del ADN de los ‘Oath Keepers’. Son adeptos fervientes de la tesis de complot del “Nuevo orden mundial”, según la cual la mayor parte de los países del mundo ya estarían bajo el yugo de un gobierno globalizado de corte “socialista”, y Estados Unidos sería uno de los últimos bastiones de la “libertad”. 

https://twitter.com/rstevensbrody/status/1348460088051306500

Los “Oath Keepers” han aplicado sus preceptos en varias ocasiones desde 2013. Su especialidad: acudir en masa durante las catástrofes naturales o los desórdenes sociales para “rescatar” a la población o “proteger” los comercios, argumentando que no se debe confiar en las autoridades. Fue durante las protestas en Ferguson, tras el asesinato de un joven afroamericano por un policía en 2014, cuando ocuparon por primera vez el frente de la escena mediática. Las imágenes de estos milicianos erguidos, con armas en mano, sobre los techos de los edificios de la ciudad y amenazando con disparar sobre los manifestantes, le dieron la vuelta al mundo.

Defender a Donald Trump cueste lo que cueste

Con la llegada de Donald Trump al poder en 2016, los ‘Oath Keepers’ “pensaban tener al fin a uno de los suyos en la Casa Blanca”, analiza la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés), otra organización estadounidense de lucha contra el extremismo. En ese entonces, miembros de esta milicia acompañaron de manera sistemática al presidente durante sus principales reuniones, improvisando ser una especie de segundo servicio de seguridad.

En su realidad alternativa consideran ser los únicos capaces de protegerlo contra “el enemigo interior”, que considera a Donald Trump como un obstáculo para la instauración de este “nuevo orden mundial”. Para ellos, el movimiento Black Lives Matter fue orquestado por los “marxistas” para desestabilizar al presidente, y los “Antifa” son agentes del “nuevo orden mundial”.

Siendo así, no sorprende que los ‘Oath Keepers’ estuvieran entre los más dispuestos a querer tomarse por asalto el Capitolio. En 2016, Stewart Rhodes ya había indicado que su movimiento estaba listo para participar en una “segunda guerra civil” si los demócratas se habían “robado” la elección presidencial, recuerda la Liga Antidifamación. Según ellos, la derrota de su campeón en 2020 se parece a un golpe organizado por esas fuerzas oscuras, y los delirios del campo Trump en cuanto al fraude electoral no han hecho más que alimentar sus fantasmas. 

Por lo tanto, tampoco sorprende que el FBI se haya preocupado el lunes por nuevas explosiones de violencia hasta que el demócrata Joe Biden se posesione como nuevo presidente el 20 de enero. Para grupos como los “Oath Keepers” que tienen armas y experiencia militar, lo que está en juego es crucial.

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