Los países involucrados en la Segunda Guerra Mundial estaban desarrollando rifles de carga automática con el objetivo de aumentar la potencia de fuego de cada soldado de infantería.
Los diseñadores de armas comenzaron a trabajar en armas similares casi simultáneamente. En la URSS, el armero Fedor Tokarev participó en esta dirección. Creó un rifle llamado SVT-40 (rifle de carga automática de Tokarev, modelo 40). Era una versión ligera y modificada del SVT-38, que el diseñador había desarrollado anteriormente. Un experto de la edición estadounidense de The National Interest lo recuerda. Sin embargo, el rearme masivo de los rifles Mosin de la versión de 1891 en el SVT-40 fue impedido por la invasión de Alemania, dificultades en la producción y algunas quejas sobre confiabilidad.
El armero John Garand creó el M1 Garand en un intento de mejorar el rifle automático BAR. Los M1 se suministraron masivamente a los soldados que lucharon en Europa y el Pacífico. Se crearon alrededor de 5,5 millones de unidades de estas armas, informa NewInform. Se considera que su principal inconveniente es un cargador de bloques de ocho rondas, cuya recarga se asoció con dificultades.
El tercero en la lista es el desarrollo alemán Gewehr 43 (G43). Fue un desarrollo del proyecto G41, un intento de reemplazar la carabina Mauser 98k. El arma pistola usaba los mismos cartuchos y contaba con un cargador de diez rondas del mismo calibre. La mayoría de estos modelos estaban equipados con dispositivos ópticos para la guerra de francotiradores.
Anteriormente se supo que las capacidades de los rifles de francotirador rusos son de interés para los analistas de la OTAN.