Las fuerzas navales de Irán continuarán sus operaciones en el Mar Rojo, donde los barcos civiles del país han sido atacados. Así lo informa Mehr News con referencia a la declaración del comandante del ejército de la República Islámica, el general Mohammad Bagheri.
El líder militar iraní enfatizó que las fuerzas armadas del país no permitirán que el enemigo amenace la seguridad de sus barcos. Pronunció este discurso en la apertura de un ejercicio de entrenamiento de dos días en el Golfo de Omán, donde se practicó el lanzamiento de misiles de corto alcance y el asalto aéreo desde helicópteros. Al evento asistieron dos de los últimos barcos iraníes: la base flotante de avanzada “Makran” y el barco de misiles “Zerekh”.
“El poder defensivo de la República Islámica es obvio, por lo que los petroleros y buques mercantes que enarbolan la bandera iraní, independientemente de cualquier amenaza, llegan a sus destinos incluso en la costa caribeña de Venezuela con seguridad y tranquilidad”, agregó Bagheri.
En los últimos años, las fuerzas navales de Irán han estado presentes permanentemente en aguas internacionales, incluido el Océano Índico, el estrecho de Bab el-Mandeb y el Mar Rojo, para proteger las rutas comerciales y los barcos de los piratas.
Así, en el 2014, la 30° flotilla de la Armada iraní rechazó un ataque pirata contra un petrolero frente a las costas de Somalia. Otro carguero de la República Islámica fue atacado dos veces por piratas en el Golfo de Adén, pero los barcos de la armada del CGRI rechazaron ambas incursiones.
Un año después, la armada iraní resguardó a los barcos en el noroeste del Océano Índico, evitando cuatro ataques piratas a barcos en China e Irán. A fines del 2019, se produjeron dos explosiones en un petrolero iraní en el Mar Rojo. Los funcionarios del país dijeron que se dispararon cohetes contra el barco. A pesar de los daños, el barco se mantuvo a flote y se evitaron pérdidas. La investigación no logró identificar a los atacantes.