La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) y Médicos Sin Fronteras (MSF) han colaborado para establecer una reserva de vacunas contra el ébola con la que agilizar la respuesta a futuras epidemias.
El almacén estará situado en Suiza y permitirá responde a los países que lo soliciten en un plazo de 48 horas, respetando la cadena de frío y completando el traslado en menos de una semana. En la actualidad hay unas 6.900 dosis disponibles, si bien el objetivo es llegar a las 500.000 en dos o tres años.
La vacuna, desarrollada por la firma Merck, se administró por primera vez a 350.000 personas en la epidemia de ébola surgida en 2018 en el África occidental, a pesar de que entonces ni siquiera había recibido la autorización de los principales organismos reguladores.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha incidido en que la pandemia de COVID-19 no ha hecho sino demostrar «el increíble poder de las vacunas para salvar vidas». En el caso del ébola, el fármaco permite convertir en «prevenible» una de las enfermedades más mortíferas del mundo.
«El nuevo arsenal es un ejemplo excelente de solidaridad, ciencia y cooperación entre organizaciones internacionales y el sector privado para salvar vidas», ha destacado.
En la misma línea, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, ha demostrado que «la preparación es clave» frente a emergencias médicas, por lo que ha calificado como «un logro reseñable» el almacenamiento de las vacunas contra el ébola.
Los dos últimos brotes de ébola de los que se tiene constancia ocurrieron en República Democrática del Congo. Uno de ellos, concentrado en la zona este, se saldó con 3.481 casos y 2.299 fallecidos, mientras que el segundo, en la parte noroeste, concluyó en noviembre con 130 contagiados y 55 víctimas mortales.