Naciones Unidas ha advertido este lunes de que la decisión de Estados Unidos de designar a los huthis como una organización terrorista internacional tendrá probablemente «graves repercusiones humanitarias y políticas», por lo que ha pedido a Washington que garantice exenciones para proteger la entrega de ayuda en el país.
«Obviamente, estamos estudiando el anuncio del Departamento de Estado, especialmente para valorar el potencial impacto, pero está claro que la decisión tendrá probablemente graves repercusiones humanitarias y políticas», ha dicho el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric.
Así, ha recordado que el país «obtiene casi toda su comida a través de las importaciones comerciales» y ha manifestado que la ONU «está preocupada ante la posibilidad de que la designación impacte de forma negativa, también a través de un posible ‘sobrecumplimiento’ por parte de las entidades comerciales, a la importación de comida y otros bienes esenciales cuando más yemeníes están muriendo de hambre».
«La operación humanitaria, que recuerdo que es la de mayor tamaño en el mundo, no puede reemplazar al sector privado o compensar grandes descensos en las importaciones comerciales de alimentos y otros bienes esenciales», ha destacado Dujarric durante su rueda de prensa diaria.
En este sentido, ha hecho hincapié en que «existe un creciente riesgo de hambruna en Yemen» lo que «subraya lo imperativo de que Estados Unidos garantice rápidamente las licencias y exenciones necesarias para garantizar que la ayuda humanitaria puede seguir llegando a todas las personas que la necesitan en el país, sin alteraciones».
«Nos preocupa también que la designación tenga un impacto negativo en los esfuerzos para reiniciar el proceso político en Yemen, así como a la hora de polarizar aún más las posiciones de las partes en conflicto», ha manifestado Dujarric, quien ha incidido en que la ONU «seguirá trabajando con todas las partes para reiniciar y continuar un proceso político inclusivo para lograr un acuerdo negociado exhaustivo para poner fin al conflicto».
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, desveló el lunes su intención de designar a los huthis y a varios de sus altos cargos, entre ellos el líder del grupo, Abdulmalik al Huthi, como terroristas internacionales y recalcó que próximamente notificará al Congreso a tal efecto.
En respuesta, el presidente del Comité Revolucionario de los huthis, Mohammed Alí al Huthi, condenó la decisión a través de una serie de mensajes publicados en Twitter y dijo que el grupo «se reserva el derecho a responder».
Por contra, el Ministerio de Exteriores del Ejecutivo reconocido internacionalmente aplaudió el anuncio y abogó por «intensificar la presión política y legal» contra los huthis para lograr «condiciones favorables» de cara a una «solución pacífica» al conflicto.
En este sentido, el Gobierno de Arabia Saudí ha aplaudido igualmente el anuncio de Pompeo y ha agregado que «este paso es consistente con las demandas del Ejecutivo legítimo yemení para poner fin a los excesos de la milicia apoyada por Irán y a los peligro reales que han llevado al deterioro de la situación humanitaria de los yemeníes y a amenazas a la paz y seguridad internacional y a la economía global».
Así, el Ministerio de Exteriores saudí ha expresado su deseo de que la designación de los huthis como un grupo terrorista contribuya a poner fin a sus «actos terroristas», «neutralice» el «peligro de las milicias» y ponga fin a la entrega de armamento por parte de Irán.
Por otra parte, ha hecho hincapié en que esta decisión «apoyará» los esfuerzos políticos y empujará a los huthis a sentarse en la mesa de negociaciones, al tiempo que ha mostrado su apoyo a los esfuerzos de la ONU en este sentido, según ha informado la agencia estatal saudí de noticias, SPA.
El Ejecutivo reconocido internacionalmente, presidido por Abdo Rabbu Mansur Hadi, cuenta con el apoyo de la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí, mientras que los huthis reciben apoyo de Irán.
El conflicto ha sufrido un recrudecimiento durante los últimos meses, pese a los esfuerzos internacionales de mediación, en una guerra que ha provocado la que es la mayor crisis humanitaria mundial. Actualmente, casi el 80 por ciento de la población, unos 24 millones de personas, necesitan ayuda.