Un hombre armado realizó un tiroteo al azar en Chicago, matando al menos a tres personas e hiriendo a otras cuatro antes de ser abatido por la policía.
Jason Nightengale comenzó su inexplicable alboroto de asesinatos en el lado sur de Chicago el sábado por la tarde. Entró en un estacionamiento y abrió fuego contra un estudiante de la Universidad de Chicago de 30 años, matándolo mientras estaba sentado en su automóvil.
Momentos después, el atacante de 32 años ingresó a un edificio de departamentos cercano, donde disparó contra un guardia de seguridad. La mujer recibió un disparo en el pecho y murió en el hospital poco tiempo después.
A continuación, apuntó a una mujer de 77 años que estaba recogiendo su correo en el vestíbulo del edificio. Recibió una herida de bala en la cabeza y se encuentra en estado crítico en el hospital.
Desde allí, Nightengale se trasladó a otro edificio, donde apuntó con un arma a un hombre que conocía. Luego tomó las llaves del auto del hombre y huyó en su vehículo.
Luego robó una tienda de conveniencia, donde le disparó a un joven de 20 años en la cabeza y a uno de 81 años en la espalda. El joven de 20 años fue declarado muerto en el lugar y el octogenario se encuentra actualmente hospitalizado en estado crítico.
Aproximadamente una hora más tarde, a las 5 de la tarde, Nightingale le disparó a una niña de 15 años que viajaba en un automóvil con su madre. El adolescente también se encuentra en estado crítico. Su madre no resultó herida durante el incidente.
Después de ese ataque, el asesino regresó a la tienda y abrió fuego contra los oficiales de policía que investigaban los disparos anteriores.
Luego huyó a la ciudad de Evanston, a 20 millas al norte de Chicago, donde tomó brevemente como rehén a una mujer en un restaurante IHOP antes de dispararle y huir a otro negocio.
La espantosa ola de asesinatos finalmente se detuvo cuando los agentes de policía mataron a tiros a Nightengale en un estacionamiento.
«Si no fuera por la valiente conducta de los agentes de policía de Evanston que confrontaron a este sospechoso, muchas más personas habrían resultado heridas», dijo el superintendente de la policía de Chicago, David Brown, y agregó que actualmente se desconoce el motivo de los disparos.
Chicago tiene un historial sangriento de violencia armada, con cientos de personas asesinadas cada año. El presidente Donald Trump se refirió a la ciudad como una «zona de guerra» y «peor que Afganistán» en julio pasado, después de que hubo decenas de tiroteos en un solo fin de semana.