Bruselas y Pekín han suscrito un principio de acuerdo que facilitará las inversiones europeas en el país asiático. El CAI (siglas en inglés de acuerdo integral de inversión), con el que se culminan siete años de trabajo, incluye implicaciones en la industria de defensa China, que podría servirse de tecnologías comerciales avanzadas europeas en el marco de su estrategia de fusión militar-civil (MCF por sus siglas en inglés).
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos la MCF “es una estrategia nacional del Partido Comunista Chino (PCCh)” mediante la que “está adquiriendo la propiedad intelectual, la investigación clave y avances tecnológicos de ciudadanos, investigadores, académicos e industria privada del mundo para promover los objetivos militares del PCCh”.
En este contexto, la alianza que Pekín y Bruselas están perfilando incluye algunos puntos relevantes para la seguridad nacional y la estrategia china de desarrollar capacidad militar a partir de tecnologías comerciales avanzadas, informa Jane´s, aunque el comunicado oficial no incluye ninguna mención explícita relacionada con el sector de la defensa.
En un documento oficial titulado Fusión civil-militar y República Popular China, el Departamento de Estado de EEUU afirma que el objetivo de la MCF “es permitir que la República Popular China desarrolle las fuerzas armadas tecnológicamente más avanzadas del mundo. Como sugiere el nombre, una parte clave de MCF es la eliminación de las barreras entre los sectores comercial y de investigación civil de China, y sus sectores industriales militares y de defensa. El PCCh está implementando esta estrategia, no solo a través de sus propios esfuerzos de investigación y desarrollo, sino también adquiriendo y desviando las tecnologías de vanguardia del mundo, incluso mediante el robo, para lograr el dominio militar”.
De momento el CAI, suscrito ahora por Europa y el gigante asiático, aún debe ser ratificado para que entre en vigor definitivamente, pero con la firma del acuerdo previo ya se ha dado un paso definitivo para “mejorar significativamente las condiciones de acceso al mercado en China de las empresas de la UE”, que de este modo competirán en mayor igualdad de condiciones con las compañías del país asiático
El acuerdo ha sido suscrito a final de año en un encuentro telemático encabezado por el presidente chino, Xi Jinping, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. A la videoconferencia también se sumaron en un momento posterior la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Apertura del mercado
En el comunicado que la UE ha emitido explicando el convenio se concreta que cuando entre en vigor “ayudará a reequilibrar la relación comercial y de inversiones entra la UE y China”. El texto precisa que China se ha comprometido a” un mayor nivel de acceso al mercado para los inversores de la UE que nunca, incluidas algunas nuevas e importantes aperturas de mercado”. Pekín también ha acordado “garantizar un trato justo a las empresas de la UE para que puedan competir en mejores condiciones de competencia en China, incluso en términos de disciplinas para las empresas estatales, transparencia de los subsidios y reglas contra la transferencia forzosa de tecnologías”.
La alianza ha sido posible después de que China se haya comprometido “por primera vez” a una serie de “disposiciones ambiciosas sobre desarrollo sostenible, incluidos compromisos sobre trabajo forzoso y la ratificación de la OIT [Organización Internacional del Trabajo] pertinente”
Hasta el momento resultaba más fácil a una empresa china invertir en Europa que al revés, lo que este tratado busca corregir. “China ahora se compromete a abrirse a la UE en varios sectores clave”, apunta el texto.
El documento detalla, entre otros, que el CAI “ayudará a nivelar el campo de juego para los inversores de la UE al establecer reglas muy claras sobre las empresas estatales chinas, la transparencia de los subsidios y la prohibición de transferencias forzadas de tecnología y otras prácticas distorsionantes”.
El CAI, entre otras cláusulas, vinculará a las partes en una relación de inversión basada en valores sustentada por principios de desarrollo sostenible. “Esta es la primera vez que China acepta disposiciones tan ambiciosas con un socio comercial”, según las explicaciones de la Comisión Europea. “Entre otros, China está asumiendo compromisos en las áreas de trabajo y medio ambiente como no bajar los estándares de protección para atraer inversiones, respetar sus obligaciones internacionales, así como promover la conducta empresarial responsable de sus empresas. China también ha acordado implementar efectivamente el Acuerdo de París sobre el cambio climático, así como implementar efectivamente los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que ha ratificado. China también ha acordado realizar esfuerzos continuos y sostenidos para ratificar los convenios fundamentales de la OIT sobre trabajo forzoso”.
Acceso sin precedentes
En palabras de Von der Leyen, este acuerdo “proporcionará un acceso sin precedentes al mercado chino para los inversores europeos, lo que permitirá que nuestras empresas crezcan y creen puestos de trabajo. También comprometerá a China con principios ambiciosos sobre sostenibilidad, transparencia y no discriminación. El acuerdo reequilibrará nuestra relación económica con China”.
Para el vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis, el tratado “dará a las empresas europeas un gran impulso en uno de los mercados más grandes y de más rápido crecimiento del mundo, ayudándolas para operar y competir en China”.
Ambas partes están perfilando ahora el texto definitivo del acuerdo, que deberá ser revisado y traducido legalmente antes de que pueda ser presentado para su aprobación por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo.