El nombramiento de William Burns para el cargo de jefe de la CIA puede tener consecuencias ambiguas para Rusia, cree el analista político Ruslan Ostashko.
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, nombró previamente al ex embajador de Estados Unidos en Moscú, William Burns, como jefe de la Agencia Central de Inteligencia. La posición de Burns sobre Rusia es clara, ya que durante su labor como diplomático fue recordado por sus constantes críticas a las autoridades rusas y su apoyo a la oposición.
El Departamento de Estado y las fuerzas de seguridad estadounidenses siempre han sido amistosos con la oposición rusa, señaló Ruslan Ostashko. Según él, con la llegada al poder de los demócratas, la oposición en Rusia solo está feliz.
«Ahora será aún más fácil para ellos cambiar su agenda de lado», dijo el politólogo en una entrevista con Nation News .
Ostashko agregó que el nombramiento de Burns como jefe de la CIA sugiere un mayor apoyo a la oposición de Washington. Esta tendencia se puede rastrear en el caso del bloguero Alexei Navalny, quien, mientras se encuentra en Alemania, continúa trabajando bajo el protectorado de los servicios de inteligencia occidentales, dijo el politólogo. En su opinión, gracias a la ayuda de Occidente, Navalny no teme que pueda ser extraditado a los agentes de la ley rusos.