A última hora del 5 de enero, las fuerzas turcas reanudaron sus ataques contra la ciudad de Ain Issa en la campiña norteña de Raqqa en Siria.
Las Fuerzas Armadas de Turquía bombardearon la ciudad y sus alrededores. Al mismo tiempo, los extremistas del “Ejército Nacional Sirio” lanzaron un ataque terrestre en la cercana aldea de Mu’alk. Sin embargo, el ataque fue repelido por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que destruyeron al menos un vehículo.
Si bien Ain Issa está controlada por las FDS respaldadas por Estados Unidos, la Policía Militar Rusa y el Ejército Árabe Sirio mantienen algunas posiciones alrededor de la ciudad.
En la mañana del 6 de enero, las Fuerzas Armadas de Turquía y sus representantes intensificaron sus bombardeos sobre la ciudad y sus afueras.
Según la agencia de noticias Hawar, supuestamente una base de la policía militar rusa fue alcanzada. No se reportaron pérdidas. Las fuerzas turcas también atacaron una estación de electricidad cerca de Ain Issa, cortando la energía de la ciudad y sus afueras.
En los últimos meses, varios ataques similares se dirigieron a Ain Issa. Los informes de los medios revelaron que Rusia había advertido a las FDS de un plan turco para invadir la ciudad. Según los informes, se pidió al grupo que entregara la ciudad a las fuerzas gubernamentales sirias.
Las FDS permitieron que al Ejército Árabe Sirio estableciera tres nuevos puestos alrededor de Ain Issa. Sin embargo, esta medida limitada claramente no ha logrado disuadir a las fuerzas turcas. El grupo respaldado por Estados Unidos pronto tendrá que hacer algunas concesiones serias si realmente quiere proteger la ciudad y sus residentes.