El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusa a EE.UU. y Europa de tratar de convertir a la vacunación contra el coronavirus en una “guerra mundial”.
“La vacunación la han querido convertir en una guerra mundial, la guerra geopolítica por la vacuna. Estados Unidos y Europa tratan de imponer sus vacunas”, declaró el domingo Maduro en una reunión informativa dedicada a la lucha contra el COVID-19 en el país caribeño.
El mandatario venezolano declaró que una enfermedad y su vacuna “no pueden ser objeto de una guerra geopolítica para ver quién domina el mundo” y solicitó el derecho al “acceso universal” de todos los pueblos al fármaco.
En este sentido, Maduro ha denunciado una camaña por parte de Estados Unidos y Europa contra las vacunas desarrolladas por Rusia, China, Cuba y otras naciones que “están fuera de la órbita de dominación occidental”.
Asimismo, tras subrayar que los fondos dedicados para adquirir las vacunas para Venezuela “los tienen congelados y robados los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido, Portugal, España y sus instituciones bancarias”, criticó que la oportunidad de la compra de la vacuna se haya convertido en un “capitalismo salvaje, quien tiene plata, la compra y quien no tenga dinero que muera”.
En dicha reunión, Maduro recordó que Caracas además del bloque ilegal de sus bienes ha conseguido firmar un contrato con Moscú para la adquisición de la vacuna rusa Sputnik V, para vacunar a 10 millones de venezolanos, lo más pronto posible.
Venezuela denuncia obstáculos impuestos por Estados Unidos y varios Estados países europeos para que disponer de sus recursos prestados en estos países.
Solo en el Reino Unido, Caracas tiene reservadas más de 30 toneladas de oro. Los esfuerzos de Venezuela para liberar sus activos de oro congelados en el Reino Unido comenzaron después de que Estados Unidos y otros países occidentales se negaran a reconocer los resultados de las elecciones presidenciales de 2018 en Venezuela, en las que Maduro fue reelcto. Al respecto, Guaidó escribió dos veces a las autoridades británicas para pedirles que no entregaran las reservas de oro al Gobierno legítimo de Maduro.