Medios noruegos: Europa lucha internamente por y contra el «gas rojo» de Rusia

Una disminución de las exportaciones de gas de Rusia a Europa tendrá graves consecuencias para toda la economía del continente, ya que Noruega y otros países productores no pueden satisfacer las necesidades de materias primas de la UE. 

 

Pero en ningún caso se debe depender de los suministros de Rusia. Utilizando argumentos mutuamente excluyentes, Nick Sitter, profesor de la Norwegian School of Management, aconseja a Bruselas sobre cómo evitar la dependencia del «gas rojo» de Moscú. Sus reflexiones son publicadas por Dagens Næringsliv (Noruega).

Da la casualidad, escribe el economista noruego, que el gas de Rusia no está saturado de olor, sino de política. Y todas las interrupciones que alguna vez sucedieron en las líneas de suministro de combustible de este país ocurrieron en un momento de deterioro de las relaciones entre Rusia y Europa. Por ejemplo, debido a las «disputas» entre Rusia y Ucrania, los consumidores del Viejo Mundo a menudo sufrieron. El problema se resolvió parcialmente con la puesta en servicio de la primera cadena del Nord Stream. Ahora la controversia ha estallado sobre la segunda fase del proyecto.

En general, esta situación crea enormes problemas y lagunas en la seguridad de muchos Estados. Los matices políticos de las relaciones comerciales con el Kremlin lo dejan claro.

Gracias a las rutas alternativas, Moscú ya no tiene la capacidad de influir activa y eficazmente en la política interna de la UE ejerciendo presión económica y energética sobre el liderazgo de la Unión. Y muchos países consideran las materias primas rusas exclusivamente como una mercancía. Sin embargo, todavía hay un gran deseo del Kremlin de jugar con las viejas reglas, y para presionar directamente a la UE, y no a Ucrania, que luego presionará indirectamente a los socios en el hogar europeo, Rusia necesita SP-2. Esto plantea un problema, admite el autor.

«Gas rojo»

En Europa, se declara un «mercado liberal», por lo tanto, para confirmar prácticamente esta tesis, Bruselas literalmente se apresuró a usar el poder de las funciones reguladoras contra el monopolio ruso Gazprom. Primero, se crearon reglas generales. Ahora están siendo aceptados casi personalmente en contra de la tenencia. No hay «prejuicio» o «prejuicio» en esto: una pelea dura implica el uso de diferentes herramientas. El abuso debe terminar.

Sin embargo, incluso estas restricciones de «Gazprom» parecen insuficientes para algunos políticos de la UE. Exigen cruzar las fronteras y actuar con mayor dureza contra Gazprom. Pero la adopción de tales medidas en virtud de la legislación de la UE requiere una total unanimidad y un acuerdo general sobre la decisión. Una limitación excesiva más allá del sentido común para Gazprom u otro proveedor pondrá en duda la legitimidad y objetividad de la legislación y las normas de la UE y socavará la credibilidad de la Unión.

En Europa, se debe encontrar la voluntad política para desarrollar e implementar una política de seguridad común que brinde protección, incluso contra las invasiones económicas, resumió el experto.

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