Según un artículo publicado por el portal The Intercept, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de Estados Unidos ha expulsado en los últimos meses a bebés recién nacidos en el país junto con sus madres, inmigrantes indocumentadas que acababan de cruzar la frontera.
La denuncia viene reforzada por varias fuentes, entre ellas una investgación de The Wall Street Journal en la que se demuestra que el exceso de celo de los funcionarios de aduanas se impuso por encima de las recomendación de las autoridades sanitarias.
El pasado mes de marzo, cuando estalló la pandemia, el vicepresidente del Gobierno de Donald Trump, Mike Pence, ordenó a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) usar sus poderes de emergencia para sellar las fronteras de Estados Unidos.
Bajo esa excusa de cierre fronterizo, el gobierno estadounidense procedió a endurecer más su política migratoria, expulsando a la mayoría de migrantes que llegaban en busca de asilo o que eran detenidos entrando de forma ilegal. Entre las detenciones se pudo detectar a varios menores de edad que llegaban solos, sin estar compañados de alguno de sus progenitores o de un tutor legal.
Estadounidenses y expulsados
Se desató una gran polémica, asociada a imágenes cruentas de la situación de los menores en los centros de detención, lo que acabó provocando que un juez ordenara el pasado noviembre al Gobierno que dejara de expulsar a niños migrantes no acompañados sin permitirles hacer peticiones de refugio o asilo.
En ese punto no se contempló un vació legal ya que esa prohibición de expulsión no afectaba a las madres solicitantes de asilo que cruzaron la frontera mientras estaban embarazadas y que dieron a luz en hospitales de Estados Unidos.
Sus hijos, por el hecho de haber nacio en suelo estadounidense, son legalmente ciudadanos norteamericanos. No obstante, en el caso de tres testigos obtenidos por la publicación, los bebés también fueron expulsados del país poco después de nacer y sin recibir su documentación de ciudadanía. En alguino de los casos, madre e hijo fueron deportados horas después del parto en un hospital en suelo de Estados Unidos.