Un equipo de pediatras señala al Gobierno de Estados Unidos de «infligir intencionalmente dolor o sufrimiento físico y psicológico severo» a niñas y niños inmigrantes.
El trato que el Gobierno de Estados Unidos da a niñas y niños inmigrantes en la frontera con México es «compatible con la tortura», tal y como se define en acuerdos multilaterales, según un artículo publicado este viernes (01.01.2021) por un grupo de pediatras.
El documento -publicado en el Diario Oficial de la Academia Estadounidense de Pediatras- asegura que la definición de tortura contra la niñez se asemeja a la forma en la que el Gobierno del presidente saliente Donald Trump trata a las niñas y niños inmigrantes detenidos en su intento por entrar al país, especialmente cuando se les separa de sus familias.
La prohibición de la tortura -en particular contra niñas y niños- forma parte de los Acuerdos de Ginebra y de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT, en inglés), recuerda el grupo de pediatras. Además, no dudan en afirmar que el trato de la niñez en la frontera con México «cumple con los tres criterios de tortura», según el CAT y el Estatuto de Roma.
En concreto citan el «infligir intencionalmente dolor o sufrimiento físico y/o psicológico severo», que el trauma ocurre con el «consentimiento y/o aprobación de las autoridades» y, que el «trauma físico o psicológico es intencional y tiene un propósito específico, como coerción, intimidación, castigo y/o disuasión». Sobre este último punto, recuerdan que el propósito reconocido del Gobierno Trump de la política de «tolerancia cero», puesta en marcha en 2018 -y que incluía la separación de la niñez de sus familias- era disuadir a personas indocumentadas de llegar al país.
El equipo de pediatras recordó también que muchas niñas y niños han sido recluidos en «condiciones insalubres y peligrosas» y que -desde 2018- al menos siete han muerto en custodia de las autoridades o inmediatamente después de ser liberados. Como resultado de este trato, dicen, los niños han mostrado un «comportamiento traumático internalizado y regresivo», que ha terminado en un «trastorno de ansiedad generalizada, depresión, trastorno de estrés postraumático e intentos de suicidio. La mitigación de este trauma requerirá años de tratamiento e intervenciones intensas», aseguran y todo ello «patrocinado por el Estado y dirigido por el presidente de los Estados Unidos», denuncian.
En el pasado año fiscal, 30.557 niñas y niños que viajaban sin compañía -en su mayoría desde Centroamérica- fueron detenidos en la frontera, a los que hay que sumar otras 52.230 personas que fueron detenidas cuando ingresaron ilegalmente al país en grupos familiares (como se le denomina a un adulto acompañado al menos por un niño).
Por todo ello, los autores del artículo piden a pediatras y profesionales de la salud infantil a tomar acción para «detener y prevenir la tortura de niños inmigrantes en la frontera» a través de la investigación y difusión de las malas actuaciones de los políticos en esta materia. Y, a nivel colectivo, piden a la Academia Estadounidense de Pediatras a emitir una declaración política contra la tortura infantil y contra la separación de las familias inmigrantes, así como iniciar y apoyar un caso contra EE.UU. en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).