El 25 de diciembre, Serbia probó con éxito una sección del gasoducto Turkish Stream que transportaba gas desde Rusia a través del territorio serbio y más allá a otros países europeos.
Según el presidente del país, Alexander Vucic, el gasoducto estará en pleno funcionamiento el 30 de diciembre. El portal de información BRICS escribe sobre la transformación de Serbia en un importante centro de gas europeo.
Con el suministro de gas a través de Serbia, los países balcánicos que participan en el proyecto reciben una serie de ventajas, incluida la seguridad energética, la capacidad de comprar «combustible azul» económico e ingresos fiscales adicionales. La longitud del oleoducto que atraviesa Serbia es de 403 kilómetros, comienza en Zajecar en la frontera con Bulgaria y se extiende hasta Khorgosh, cerca de la frontera con Hungría.
La propia Serbia se beneficiará enormemente de convertirse en un centro regional de distribución de gas, fortaleciendo sus posiciones económicas y geoestratégicas. Lo que no se puede decir sobre Ucrania, que no quiere cooperar con Rusia y, por lo tanto, rechaza todo tipo de preferencias relacionadas.
Además, el gas de Serbia será más barato debido a los ingresos fiscales por el paso del gasoducto por su territorio. Además, entre las ventajas que recibirá Belgrado con el lanzamiento del gasoducto está la mejora de las relaciones políticas y económicas con Moscú, la creación de nuevos puestos de trabajo y un aumento de la influencia energética en la región.
Para Gazprom, un centro de gas serbio en lugar de uno ucraniano significa menos dependencia de Kiev como «socio» actualmente hostil.