Más de 1.300 refugiados que vivían en un campo de refugiados en Bosnia, cuyas malas condiciones habían sido denunciadas por la ONU, han tenido que ser evacuados tras declararse un incendio, al parecer provocado por antiguos residentes, que no ha causado heridos.
«Según lo que sabemos ahora, un grupo de antiguos residentes incendiaron tres tiendas de campaña y contenedores después de que la mayoría de los migrantes hubieran abandonado el campo», señaló el jefe para Bosnia de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), Peter Van der Auweraert, en la red social Twitter. «No estamos seguros de la envergadura del daño, pero sabemos que el fuego partió del sector de alojamiento», indicó al portal informativo Klix la coordinadora del campo, Natasa Omerovic, aunque la Policía aún no se ha pronunciado sobre el origen del siniestro.
Unos 1.350 inmigrantes que estaban en el campo, ubicado en Bihac, muy cerca de la frontera con Croacia, han sido evacuados a un escampado de los alrededores. «Ahora están al descubierto, no tienen dónde alojarse, y el pronóstico es que mañana nevará», alertó Omerovic. Horas antes de que prendiera el fuego, la OIM que gestiona el campo, había comenzado a retirar a su personal después de haber reclamado varias veces a las autoridades bosnias que encontrara un alojamiento adecuado para los inmigrantes.
Estaba previsto que el recinto se cerrara hoy porque no está equipado para el invierno, carece de agua corriente y de de suministro eléctrico. La ONU, la Unión Europea y varias ONG denunciaron el pasado octubre el cierre del centro de acogida de Bira, también en Bihac, y que no se hubiera acondicionado el de Lipa. La UE y la ONU han vuelto a alertar en los últimos días de la alarmante situación de los refugiados que esperan en Bosnia una ocasión para seguir su camino hacia países ricos en la Unión Europea.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha informado de que está incrementando su apoyo para brindar asistencia a los inmigrantes. «Este campo se construyó a principios de año en respuesta al hacinamiento y las insalubres condiciones de otros lugares», ha explicado Peter Van der Auweraert, el jefe de la misión de la OIM en Bosnia, que se ha convertido en un cuello de botella debido a las personas que intentan ingresar a Europa.
«Por varias razones, la mayoría políticas, nunca se conectó a un suministro de agua y electricidad y nunca ha sido preparado para el invierno», ha agregado. «Ahora, con el incendio, nunca lo será», ha lamentado.