Alemania, la crisis pospuesta y el fin de la era Merkel


Antes de concluir 2020, Alemania conoció la fecha en que finalizará el mandato de Angela Merkel, cuya caída fue pospuesta y disimulada por la llegada de la peor crisis sanitaria de la historia reciente.

A inicios de diciembre, el presidente Frank-Walter Steinmeier anunció que el 26 de septiembre de 2021 los ciudadanos deberán elegir a un nuevo Canciller Federal, puesto ocupado por la llamada Dama de hierro germana durante 15 años.

Los comicios serán los primeros desde 2005 en los que no participará Merkel como candidata de la Unión Democristiana (CDU) y durante ellos los alemanes designarán a los 709 miembros del Bundestag (Parlamento), quienes deberán determinar quién será su sustituto.

Después de 18 años al frente la CDU y de 13 como mandataria, la política decidió en 2018 abandonar la dirección del partido y renunciar a presentarse a las elecciones generales.

Luego de iniciar su cuarto mandato y tras la agudización de las crisis internas, la líder conservadora admitió que era el momento de que el país avanzara a una nueva etapa y nueve minutos de aplauso en el Palacio de Hamburgo pusieron fin a un largo período al frente de la CDU.

Marcado por una postura neoliberal y armamentista, la implementación de fuertes medidas de austeridad, los recortes de las pensiones, los bajos salarios y el descuido de temas medioambientales, entre otros aspectos, el Gobierno de Merkel tuvo uno de sus peores momentos en los comicios de septiembre de 2017.

El bloque liderado por ella y formado por la CDU y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), obtuvo solo el 33 por ciento de los votos y perdió 68 puestos en el Bundestag, así como la posibilidad de un mandato en solitario.

Tras seis meses de difíciles negociaciones, el Partido Socialdemócrata (SPD) accedió a participar por tercera vez en una alianza con los conservadores, lo cual permitió a Merkel continuar en el poder.

Aunque solucionado, este tropiezo fue el reflejo de los problemas existentes y permitió el ascenso de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), lo cual despertó los temores de un país señalado por el triste y horrendo pasado del nazismo.

De acuerdo con el analista Karsten Grabow, el auge de esa agrupación se debe al debilitamiento de los partidos tradicionales, al rechazo a las medidas de austeridad impulsadas por la actual administración y a la falta de una solución eficaz a la crisis de refugiados.

Precisamente el tema migratorio fue causante de constantes disputas con el ministro de Interior, Horst Seehofer, quien amenazó con dimitir y desestabilizar la alianza en el poder si no se contenía el flujo de indocumentados.

Las divisiones al interior de la CDU, las divergencias con los socialdemócratas, la salida de algunos de los más cercanos a Merkel y el impulso de AfD llevaron a una situación insostenible que provocó la retirada de la mandataria de la dirección de su partido.

Así, en diciembre de 2018 fue sustituida por su discípula Annegret Kramp-Karrenbauer al frente de la CDU, pero la nueva líder no recibió el respaldo esperado ni pudo superar los obstáculos que se le presentaron.

Poco después, el 10 de febrero de 2020, Kramp-Karrenbauer renunció al puesto y a relevar a Merkel en 2021, tras una grave crisis generada por la elección de Thomas Kemmerich como ministro presidente de Turingia con los votos de su formación (Partido Democrático Libre), la CDU y la extremista AfD.

El establecimiento de un pacto con AfD va en contra de las acciones para combatir la expansión de la ultraderecha y tuvo consecuencias negativas, lo cual se reflejó en los comicios de Hamburgo, donde la CDU quedó en tercera posición tras obtener solo el 11,2 por ciento de los votos.

De esta manera, Merkel vio destruidas las posibilidades de dejar a su seguidora al frente de la formación política y de Alemania, nación que vivió un período de inestabilidad y estuvo a punto de enfrentarse a elecciones anticipadas.

Sin embargo, los problemas que casi llevaron a la mandataria a dejar antes de tiempo las riendas de la potencia europea quedaron detenidos por la llegada de la Covid-19, cuya contención centró todos los esfuerzos del viejo continente y el mundo.

El relevo de Kramp-Karrenbauer debió conocerse el 25 de abril en un congreso extraordinario de la CDU, pero la cita tuvo que ser pospuesta en tres ocasiones y finalmente se celebrará en enero del año próximo.

Los candidatos a dirigir la formación y postularse para canciller federal son Armin Laschet, Friedrich Merz y Norbert Röttgen.

De acuerdo con medios locales, de la elección del líder del partido dependerá el futuro inmediato del Gobierno, pues de ser escogido Merz, un conocido rival de Merkel, la salida de esta pudiera suceder antes de la fecha prevista.

El político de 64 años es un fuerte crítico de la Dama de Hierro germana y considera que la actual coalición entre conservadores y socialdemócratas no es factible.

Por su parte Rottgen, quien se desempeñó como ministro de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear, asume posturas que lo distancian de Merkel y es partidario de una política centrista, alejada de la extrema derecha, pero también de la izquierda.

En tanto, Laschet es cercano a la Canciller Federal y contará con el apoyo del titular de Sanidad, Jens Spahn, quien pudiera ser su vicepresidente en caso de triunfar en sus aspiraciones.

De acuerdo con la periodista española María G. Zornoza, la pandemia marcó, sin duda, los últimos movimientos de Merkel, catalogada como la mujer más poderosa de Europa.

Además de desviar la atención de los votantes, posponer la crisis política y evitar una caída desastrosa, el enfrentamiento a la pandemia le otorgó a la mandataria alemana mayor popularidad (74 por ciento) y la oportunidad de despedirse demostrando su capacidad de gestión.

También tuvo esa posibilidad al frente de la Unión Europea (UE) al ocupar la presidencia rotatoria del ente regional durante la segunda mitad de 2020.

‘Ante la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, la Presidencia alemana tomó las riendas. Berlín, en un movimiento sin precedentes, se distanció del ala frugal y aceptó algo impensable hasta la llegada del coronavirus: la emisión de deuda conjunta’, señaló Zornoza.

El 31 de diciembre finaliza el período de Alemania al frente de la UE y en enero la CDU elegirá un nuevo líder.

En medio de la campaña de vacunación contra la Covid-19, los problemas pospuestos deberán analizarse sin excusa y los actores involucrados tendrán que tomar decisiones aplazadas durante meses.

Del congreso conservador dependerá el futuro del partido y de una nación que el año próximo dejará de ser la Alemania de Merkel.

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