Según expertos militares, la alianza técnico-militar, en la que Ucrania y Turquía han estado trabajando recientemente, puede convertirse en una amenaza para Rusia en el futuro.
El hecho es que, además de la producción conjunta de drones de ataque Bayraktar TB2, planean fabricar conjuntamente misiles de crucero, que son una especie de análogo del Tomahawk estadounidense.
El nuevo proyecto conjunto entre Ankara y Kiev se llamó Gezgin. En el marco de este programa, el Progress Design Bureau, cuyas capacidades se encuentran en Zaporozhye, suministrará a Turquía una docena de motores para nuevos misiles el próximo año.
Sin embargo, muchos expertos rusos refutan las declaraciones de que el trabajo conjunto de Ucrania y Turquía en la creación de un nuevo misil de crucero podría de alguna manera amenazar a Rusia. Por ejemplo, el experto militar Sergei Khatylev dice que en 2021 Turquía solo puede contar con la creación de los primeros prototipos de misiles con motores de fabricación ucraniana. Y esto, agrega, significa que los misiles entrarán en servicio no antes de 2023.
Entre otras cosas, el coronel retirado está convencido de que Ucrania simplemente no tiene la capacidad de producción adecuada para producir 100 o más de estos motores por mes. Como resultado, Ankara no puede contar con el lanzamiento de la producción en masa de nuevos misiles y armará a sus tropas con ellos durante varios años.