Se ha reabierto una instalación de investigación especializada en Rusia, encargada de probar armas que pueden soportar temperaturas bajo cero y un clima severo en los confines del mundo.
El Instituto Central de Investigación Científica para la Ingeniería de Máquinas de Precisión, con sede en las afueras de Moscú, anunció el jueves que el laboratorio había recibido la certificación estatal y comenzaría a realizar pruebas de manera inminente. Fundada bajo la Unión Soviética, había caído en mal estado y su equipo ha sido reemplazado y restaurado desde entonces.
En un comunicado de prensa, el jefe del centro científico y técnico del Instituto dijo que “la certificación es el paso final para restaurar esta capacidad tecnológica única que se había perdido tras la caída de la URSS”.
Dijo que el sitio de prueba comenzará a trabajar en una serie de armas, incluidos rifles, lanzagranadas especialmente hechos y cañones de pequeño calibre en «temperaturas extremas» de hasta menos 60 grados.
Las condiciones están diseñadas para imitar entornos como el Ártico, pero la instalación también recreará otros campos de batalla potenciales. Las pruebas para ver si las armas pueden resistir los climas tropicales se llevarán a cabo en una cámara combinada de calor y lluvia, mientras que una cámara de polvo imita las presiones que ejercen los desiertos sobre los mecanismos de disparo.
El Ártico ha sido señalado como un punto de inflamación potencial para las tensiones militares, con Rusia, EE. UU., Reino Unido, Canadá y China realizando ejercicios en la región y ampliando sus capacidades para el conflicto en clima frío. El renovado interés en la frontera está relacionado con el retroceso de las capas de hielo, que han abierto nuevos canales para el envío. Rusia, que abarca gran parte de la región, se ha fijado el objetivo de que al menos 80 millones de toneladas de mercancías fluyan a través de sus gélidas aguas para 2024.