La Unión Europea y el Reino Unido han acercado posturas y ya han cerrado un acuerdo comercial para la futura relación tras el Brexit , a falta de los últimos detalles técnicos y el visto bueno político del primer ministro británico y la presidenta de la Comisión Europea.
Londres y Bruselas llevan días apurando las negociaciones in extremis para evitar un divorcio duro el 31 de diciembre, más de cuatro años después de que los británicos votasen a favor de abandonar la UE. Las consecuencias de la falta de un acuerdo y la consiguiente imposición de aranceles se han puesto en evidencia en los últimos días, tras el cierre de la frontera francesa en el Canal de la Mancha por la detección de una nueva variante de la COVID-19.
Según la cadena pública BBC, Boris Johnson y Ursula von der Leyen han mantenido hasta cuatro conversaciones durante la madrugada del jueves, mientras los equipos trabajaban para limar los desacuerdos, en especial sobre pesca, de un texto que tendrá unas 2.000 páginas. Pasadas las 15:30 horas de la tarde, los negociadores habrían terminado ya, según adelantan medios británicos. Una quinta llamada entre Johnson y Von der Leyen significa que el acuerdo está zanjado.
Johnson tenía previsto dirigirse a los británicos a primera hora de la mañana para anunciar el acuerdo, pero la comparecencia se ha retrasado hasta las 16:00 hora peninsular. También se espera que comparezca la presidenta de la Comisión.
Fuentes europeas han asegurado a Efe que los embajadores de los Veintisiete podrían reunirse durante la mañana o la tarde del jueves, el primer paso para que los Estados miembros conozcan con más detalle lo acordado.
A pesar del retraso en el anuncio, las bolsas europeas han abierto al alza ante la perspectiva de un tratado, y también la libra ha aumentado su cotización.
El pulso por las cuotas de la pesca es el último escollo que impide pactar la futura relación. El objetivo de Londres es priorizar la faena de sus pesqueros en el Canal de la Mancha, mientras que la UE busca mantener una situación lo más similar a la actual.
Según algunas fuentes, ambas delegaciones han repasado durante la madrugada del jueves una lista de especies marinas que los barcos de los países comunitarios, en especial los franceses, van a poder pescar en aguas británicas. El anuncio del acuerdo se retrasa precisamente por un «obstáculo de última hora» sobre la pesca, según ha dicho el ministro irlandés de Exteriores, Simon Coveney.
Según diarios como The Times o The Guardian, el Gobierno de Boris Johnson habría ofrecido una reducción por etapas de las cuotas pesqueras de la flota europea en aguas británicas de entre un 30 % y un 35 % frente al 60 % que venía exigiendo hasta ahora. Sin embargo, la negociación se ha embarrado porque ambas partes no estaban usando las mismas cifras de capturas.
Sin un plazo fijo para acordar la futura relación, la ratificación de un hipotético acuerdo debería acelerarse en la próxima semana en Londres y Bruselas. El Parlamento Europeo ya ha dado por imposible este trámite antes de que acabe el año, pero Bruselas contempla otras vías. Mientras, los miembros de los Comunes permanecen a la espera y podrían ser convocados en los próximos días si finalmente hay fumata blanca.
Los Veintisiete apuestan por la aplicación provisional del acuerdo hasta que la Eurocámara dé su consentimiento en las primeras semanas de enero. Sin embargo, esta solución no evitaría el complejo proceso de traducción del texto a todas las lenguas oficiales de la UE y el análisis de los Gobiernos del club, que debería realizarse en poco más de siete días.
Así, si no se cierra un pacto en las próximas horas, podría ser imposible aplicarlo el 1 de enero de 2021 y el Reino Unido se vería abocado a un período sin acuerdo ni acceso al mercado único hasta la implementación de un pacto.