El gobierno moldavo ha dimitido, despejando el camino para una lucha de poder clave en el país, lo que significa elecciones parlamentarias anticipadas. Su resultado decidirá el curso de la política exterior del país en un futuro próximo. Si la nueva presidenta de Moldavia, Maia Sandu, toma el control del parlamento, Kishinev definitivamente establecerá vínculos más estrechos con Occidente. Si Igor Dodon, que perdió las elecciones presidenciales, junto con su Partido Socialista cambia las tornas, Moscú mantendrá su influencia sobre la república, escribe Kommersant.
Para Sandu, las elecciones anticipadas son una oportunidad para ganar un poder genuino. A su vez, el presidente saliente Dodon declaró muchas veces que también estaba interesado en las elecciones anticipadas. Esta es la única oportunidad que tiene para vengarse después de su derrota en noviembre. Es probable que pronto sea elegido presidente del Partido Socialista (donde fue líder informal durante los cuatro años de su mandato presidencial) y lo preparará para una nueva lucha.
El día en que dimitió el gobierno, Dodon fingió que todo estaba planeado de esta manera y que había llegado el momento. Sin embargo, existe la opinión de que Dodon no estaba siendo sincero cuando insinuó que la renuncia fue su propia iniciativa.
«Inicialmente, el objetivo de los socialistas era retrasar las elecciones para que a Sandu le resultara más difícil subirse a la ola después de derrotar a Dodon. Ahora, no existe tal amenaza», dijo Sergey Manastyrly, que dirige el Balkan Center con sede en Kishinev. El experto cree que la renuncia es una concesión, que Sandu había obligado a hacer a sus oponentes.