Las relaciones de Rusia con la OPAQ se vuelven tóxicas en medio del incidente de Navalny

Rusia y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) se han enfrentado a algunos obstáculos al intentar acordar una visita de expertos internacionales para investigar el incidente con el bloguero Alexey Navalny. A principios de octubre, Rusia envió una solicitud a la organización para que le brindara asistencia técnica. El director general de la OPAQ, Fernando Arias, confirmó el 11 de diciembre que se estaba coordinando la visita de los expertos internacionales. Sin embargo, las partes no han llegado a un acuerdo al respecto.

Una fuente diplomática dijo a Izvestia que el obstáculo clave es que el organismo de control de armas químicas insiste en que Rusia debe entregar unilateralmente las muestras de Navalny, pero Moscú no estará satisfecho con esta propuesta. Según Rusia, la cooperación aquí debe ser una vía de doble sentido.

La fuente señala que ahora Moscú tiene suficientes motivos para «cerrar la puerta» y abandonar la organización. Rusia debería evaluar si su mayor participación en la OPAQ es realmente aconsejable. La única razón para mantener su membresía es que la organización sirve como plataforma para compartir conocimientos en la industria química. Mientras tanto, la retirada de Rusia podría desencadenar importantes consecuencias políticas, señala la fuente. Otros países podrían ver este movimiento no solo como una protesta, sino como una admisión de culpa.

«Participamos en la creación de la OPAQ con la esperanza de que se estableciera un mecanismo técnico para controlar el cumplimiento de la convención. Al final, destruimos nuestros arsenales químicos de manera voluntaria y unilateral», dijo el director del Centro de Estudios Políticos y Militares del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú-MGIMO, Alexey Podberezkin. «Pero después de que los eliminamos, resultó que Estados Unidos no destruyó por completo su potencial. Al final, la organización en sí se convirtió en una herramienta de influencia política más que de control técnico. Esta transformación ha ocurrido recientemente. No estamos controlando este proceso y como no lo controlamos, la pregunta es por qué diablos debemos participar en él”, señaló el experto.

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