Mientras que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha afirmado que Irán es responsable del bombardeo del 20 de diciembre contra la Zona Verde en Bagdad, Teherán ha negado rotundamente su participación. Hace un año se hicieron afirmaciones similares, pocos días antes de que Estados Unidos asesinara al mayor general iraní Qasem Soleimani en las afueras de Bagdad.
Según un alto funcionario de la administración de Estados Unidos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estuvo acompañado por líderes de defensa en la Casa Blanca el miércoles para discutir posibles respuestas a un ataque contra la embajada de Estados Unidos en Bagdad el domingo.
Según los informes, en la reunión participaron Pompeo, el secretario de Defensa interino de Estados Unidos, Christopher Miller, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, y otros altos funcionarios de defensa. Tienen la intención de ofrecer «una gama de opciones» a Trump para disuadir los ataques contra el personal estadounidense por parte de Irán o por las milicias en Irak que simpatizan con Irán.
El bombardeo del domingo de la Zona Verde, un área fortificada en el centro de Bagdad que alberga la embajada de Estados Unidos, logró penetrar las defensas antimisiles estadounidenses y causar «daños menores» al recinto de la embajada. Un civil iraquí resultó herido.
El primer ministro iraquí, Mustafa Al-Kadhimi, denunció el ataque y dijo el lunes que una ronda de arrestos impidió que se llevara a cabo un segundo ataque, aunque no nombró a ningún grupo presuntamente responsable del primer ataque. Sin embargo, Pompeo señaló firmemente con el dedo a las «milicias respaldadas por Irán».
Teherán ha negado su participación en el ataque. «La presencia militar estadounidense es la fuente de inestabilidad en nuestra región. Ningún giro puede desviar la culpa de sus males», dijo el lunes en Twitter el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Saeed Khatibzadeh.