Un nuevo proyecto para la construcción de una red de carreteras consolida la expansión de los asentamientos israelís en los territorios ocupados palestinos.
La anexión israelí de Cisjordania avanza sobre el terreno. Parece que nunca se detuvo. A través de la construcción de una red de carreteras segregadas, Israel consolida la expansión de los asentamientos en los territorios ocupados palestinos. El objetivo de este proyecto a gran escala es ampliar la población colona de los actuales 440.000 hasta un millón de judíos para el año 2040.
«Este plan conecta los asentamientos con el resto del país y trae la soberanía de facto», celebró David Elhayani, el jefe del Consejo de Yesha que agrupa a las colonias ilegales de Cisjordania. «Ya es momento de transformarlo en una realidad».
Una red de carreteras de este a oeste y de norte a sur conectará los diferentes asentamientos esparcidos por la Cisjordania ocupada con Jerusalén, Tel-Aviv y también entre ellos. «El desarrollo de las carreteras y el transporte de Cisjordania crea hechos sobre el terreno que constituyen un atrincheramiento significativo de la anexión de facto que ya se está produciendo en Cisjordania y permitirá un crecimiento masivo de asentamientos en los próximos años», recoge el informe ‘Autopista hacia la anexión’ de la organización de exmilitares israelís Breaking the Silence y el Centro Israelí para Asuntos Públicos.
Antes de la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca y la inminente convocatoria de nuevas elecciones en Israel esta semana, la Knesset, el Parlamento israelí, trabaja a contrarreloj a favor de la expansión colonial. «No vamos a levantar el pie del acelerador», ha reivindicado la ultranacionalista Miri Regev, ministra de Transportes. Nuevas vías se construirán para mejorar la circulación para los israelís y otras carreteras se ampliarán con la construcción de túneles, puentes y circunvalaciones que eviten el paso por localidades palestinas.
De esta forma, el Gobierno de Binyamin Netanyahu responde a las exigencias de la población colona para hacerles parte del país a través de infraestructuras viarias. El antiguo ministro de Transportes Bezalel Smotrich ya anunció en 2019 este programa que garantizaba la «soberanía a través del transporte» para «atraer a un millón de judíos a Judea y Samaria [nombres bíblicos de Cisjordania]».
También la semana pasada la Knesset aprobó la legalización de 65 puestos de avanzada en territorio ocupado de Cisjordania pese a la advertencia del ministro de Justicia, Avi Nissenkorn, de que la legislación era probablemente inconstitucional e incompatible con el derecho internacional.
Palestinos perjudicados
Yehuda Shaul, fundador de Breaking the Silence, ha denunciado que estos proyectos viales no reportan beneficio alguno a las comunidades palestinas, a las que no se ha consultado durante su diseño.
«Estas carreteras están diseñadas teniendo en cuenta los intereses israelís, no palestinos», declara Shaul en el informe, «muchas de las que están técnicamente abiertas al tráfico palestino no están destinadas a conducir a lugares que sean útiles para los palestinos».
Más allá de complicar su accesibilidad, estas modificaciones impiden el desarrollo económico para los palestinos que viven de los negocios al borde de la carretera.
Israel, de nuevo, actúa de espaldas al derecho internacional ya que la expropiación de tierras palestinas de propiedad privada donde se construirán muchas de estas vías solo es legal si la población en general, y no solo los israelís, hacen uso de ellas. «Mientras los palestinos se encuentran con frecuencia utilizando viejos caminos de comunidad a comunidad (o carreteras para su uso exclusivo), a lo largo de los años se han construido más y más carreteras de circunvalación para bordear las ciudades palestinas para los israelís», constata el informe.
En la actualidad, por lo tanto, ya existen dos redes de carreteras, para israelís y para palestinos.