Beijing criticó previamente a Estados Unidos por enviar uno de sus destructores a través del estrecho, que sirve como un amortiguador entre China continental y Taiwán, una isla que Beijing considera parte inalienable de su territorio.
Taiwán ha puesto en alerta y desplegado sus barcos y jets sobre el paso del portaaviones chino Shandong, que fue acompañado por cuatro buques de guerra, a través del Estrecho de Taiwán el 20 de diciembre. Según Taipei, seis buques de guerra y ocho aviones fueron enviados a «hacer guardia» mientras el grupo de portaaviones chino navegaba por el estrecho.
«Con el apoyo del pueblo, las fuerzas armadas nacionales tienen la confianza y la capacidad de proteger la patria, garantizar la seguridad nacional y salvaguardar la paz y la estabilidad regionales», dijo el Ministerio de Defensa de Taiwán con respecto al incidente.
Beijing no hizo comentarios sobre la noticia del Shandong, la última incorporación a su pequeña flota de portaaviones, que cruza el Estrecho de Taiwán. Sin embargo, condenó el paso por dicha vía fluvial del destructor estadounidense USS Mustin el 19 de diciembre. El Comando del Teatro Oriental del ejército chino lo criticó como un intento de enviar «miradas coquetas» a las fuerzas que buscan la «independencia» de Taiwán y agregó que las fuerzas del EPL chino han estado «siguiendo» los movimientos del buque de guerra.
Crecientes tensiones en el estrecho de Taiwán
El ejército chino argumentó que las acciones del USS Mustin habían contribuido a «poner en peligro la paz y la estabilidad en el estrecho», lo que está en línea con las críticas de Pekín a las continuas operaciones estadounidenses en las aguas, que China considera parte de su territorio. Estados Unidos ha enviado buques militares al estrecho 12 veces solo este año, a pesar de las repetidas protestas de China.
Beijing considera a Taiwán como parte de su territorio, aunque técnicamente no lo controla. Washington también reconoció la política de Una China en 1972, pero recientemente la ha reducido, entablando negociaciones directas con Taipei e incluso discutiendo la venta de armas, lo que enfureció a Beijing.
Otro punto de conflicto entre China y Estados Unidos son las continuas patrullas militares de la Casa Blanca en las disputadas aguas del Mar de China Meridional. Cinco estados reclaman soberanía sobre partes del mar, pero China controla la mayor parte.
Washington, a su vez, intenta disputar el dominio de Beijing enviando buques de guerra a la región con el pretexto de las operaciones de libertad de navegación. Beijing ha advertido repetidamente a Washington contra tales «provocaciones», advirtiendo que, algún día, podrían conducir a un enfrentamiento armado.