Anteriormente, el presidente brasileño escéptico del coronavirus, Jair Bolsonaro, admitió que la vacuna COVID-19 debería ser accesible para todos los brasileños, pero aquellos que reciben la vacuna deben asumir la responsabilidad, ya que el fabricante no es responsable de ningún efecto secundario.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, criticó la vacuna Pfizer-BioNTech, duplicando su afirmación inicial de que los fabricantes no son responsables de ningún efecto secundario inesperado, informó AFP el viernes. Al expresar su desconfianza hacia los fabricantes de medicamentos, sugirió extrañamente que las vacunas podrían convertir a las personas en cocodrilos.
“En el contrato de Pfizer está muy claro: ‘no somos responsables de ningún efecto secundario’. Si te conviertes en cocodrilo, es tu problema. Si te vuelves sobrehumano, si a una mujer le empieza a crecer la barba o si un hombre empieza a hablar con voz afeminada, no van a tener nada que ver con eso «, se quejó Bolsonaro.
Bolsonaro afirmó que la vacunación no será obligatoria en el país, pero que el medicamento debería estar disponible para cualquier persona que desee vacunarse. La semana pasada, Bolsonaro declaró que no recibiría la vacuna.
El 13 de diciembre, el Ministerio de Salud de Brasil anunció un plan de vacunación con un plazo de cinco meses para vacunar a 51 millones de personas en grupos prioritarios como profesionales de la salud y ancianos. El plan fue criticado porque no ha habido una fecha para la vacunación universal.
Las autoridades brasileñas han comprometido alrededor de $ 390 millones para comprar 100 millones de dosis de la vacuna COVID-19 Oxford-AstraZeneca y establecer la producción en el Instituto Fiocruz. Además, Brasil espera recibir 42,5 millones de dosis de la vacuna a través de la iniciativa Covax y está en conversaciones con Pfizer para comprar 70 millones de dosis de su vacuna.
Bolsonaro, quien mostró escepticismo sobre la pandemia de coronavirus y las medidas antipandémicas restrictivas, dio positivo por COVID-19 en julio.
Brasil tiene la segunda cifra de muertos por COVID-19 más alta del mundo, según datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins. Hasta la fecha, se han reportado más de 7.2 millones de casos de COVID-19, junto con al menos 186,356 muertes desde el comienzo de la pandemia.