En fechas recientes el presidente francés, Enmannuel Macron, anunció la puesta en marcha de un estudio para el reemplazo del portaviones nuclear de la Marine Nationale, el Charles de Gaulle por un nuevo portaviones nuclear que estará listo en 2038 (en lugar de 2036 como se planeaba hasta ahora).
Mientras que el Charles de Gaulle tiene 42.000 toneladas de desplazamiento, el nuevo, denominado aún como PANG (Porte Avion Nouvelle Generation o Portaviones de Nueva Generación) se moverá en torno a las 70.000 toneladas, lo que supone un incremento notable de capacidad. Igualmente la eslora pasará de los 261 a los 300 metros de largo lo que permitirá operar un mayor número de aeronaves.
Además contará con catapultas electromagnéticas de fabricación estadounidense en número previsiblemente de tres. El futuro portaviones podrá incrementar el número de aviones de combate Rafale de 24 a 32 y pasar de dos a tres aviones de alerta aérea aerotransportada E-2, además de helicópteros y aeronaves no tripuladas.
Estas características son el resultado de las conclusiones extraídas durante el despliegue del actual portaviones y buque insignia francés en las campañas militares en Iraq y Siria en los años recientes. El nuevo portaviones deberá estar listo en 2038 coincidiendo con la retirada del Charles de Gaulle, estando previsto que pueda estar en servicio hasta el 2080, teniendo un coste estimado de 7.000 millones de euros.
En una reciente visita a una instalación de producción nuclear, Macron defendía la opción de la propulsión nuclear, al considerarla en línea con la estrategia climática nacional por sus menores emisiones contaminantes en comparación con los combustibles fósiles. Además consideró a la industria de energía atómica y a la de fabricación de armas nucleares como pilares de la autonomía estratégica del país.