Actualmente, 387 trabajadores de los medios de comunicación están tras las rejas, según el reciente balance de «Reporteros sin Fronteras». La situación también ha empeorado debido al COVID-19.
«El elevadísimo número de periodistas encarcelados en todo el mundo pone de manifiesto los peligros actuales para la libertad de prensa», afirmó la portavoz alemana de Reporteros sin Fronteras (RSF), Katja Gloger. Demasiados gobiernos reaccionaron a las protestas, a los inconvenientes, o a una crisis como la pandemia del COVID-19 con medidas represivas contra los «portadores de malas noticias», añadió al presentar el informe anual publicado el último lunes.
Esta primera parte del informe trata sobre los periodistas detenidos, secuestrados y desaparecidos. 387 trabajadores de medios de comunicación se encuentran actualmente en prisión, a fecha del 1 de diciembre de 2020. La segunda parte aparecerá poco antes de la víspera de Año Nuevo, con el balance de los periodistas que han fallecido. «Detrás de cada uno de estos casos está el destino de una persona amenazada con juicios penales, encarcelamientos prolongados y, a menudo, maltrato, porque no se sometió a la censura y la represión», explicó preocupada la representante de RSF.
Su colega de RSF Sylvie Ahrens-Urbanek citó ejemplos concretos en África. El conocido periodista de investigación Hopewell Chin’ono, de Zimbabwe había investigado la venta de medicamentos contra el COVID-19, cuyo precio había sido sobrevaluado por el gobierno: «Fue brutalmente arrestado en su casa». Pasó un mes y medio en prisión, y en repetidas ocasiones se le había negado la libertad bajo fianza.
El periodista ruandés Dieudonné Niyonsenga sigue detenido. El director del canal de televisión online «Ishema» fue acusado de haber ignorado las normas frente al coronavirus del país y fue arrestado en abril, según Reporteros sin Fronteras. Niyonsenga había informado sobre el impacto de las regulaciones gubernamentales en la vida pública, comentó Ahrens-Urbanek, experta en África. Para el gobierno de Ruanda, las sospechas de Niyonsenga de que los soldados habían cometido violaciones mientras imponían el toque de queda eran particularmente explosivas.
Los casos de Ruanda y Mozambique confirman una tendencia mundial, según Reporteros sin Fronteras. Aunque África sufrió con retraso las consecuencias de la pandemia, a diferencia de Asia, Europa y América Latina: «Sin embargo, vemos que los ataques a la libertad de prensa también han aumentado allí con el creciente número de casos de coronavirus», señaló Ahrens-Urbanek. Mientras el coronavirus se propagaba cada vez más rápido, el número de periodistas que terminaron en la cárcel también se triplicó entre el 15 de marzo y el 15 de mayo, en comparación con el año anterior. A finales de noviembre, un total de 40 periodistas habían sido «detenidos de manera verificable por sus informes sobre la pandemia», confirma Ahrens-Urbanek.
En el mapa mundial, el país donde más periodistas continúan actualmente encarcelados sigue siendo China (117). Egipto es el Estado africano con más trabajadores de prensa en prisión (30). El número total en todos los países fue de 387, al 1 de diciembre, dos menos que en el año récord 2019, cuando el número había aumentado significativamente por tercera vez consecutiva. Cada vez son más las mujeres terminan tras las rejas por su trabajo periodístico. Actualmente, 42 están en prisión, un 35% más que en 2019.
El detenido más famoso en Europa es Julian Assange. El fundador de Wikileaks se encuentra en la prisión británica de máxima seguridad de Belmarsh, a la espera de una decisión sobre si será extraditado a Estados Unidos después de un juicio que ha suscitado críticas internacionales. El veredicto se anunciará a principios de enero. Según el último informe de RSF, las condiciones carcelarias de Assange «se han deteriorado significativamente» con la pandemia. El riesgo de infección y las consecuencias del aislamiento son un riesgo mortal en vista de la «salud mental y física extremadamente comprometida» de Assange.
Reporteros sin Fronteras también se muestra muy preocupada por los periodistas secuestrados y desaparecidos. Hay cuatro periodistas desaparecidos, respectivamente, en Perú, Mozambique, la República Democrática del Congo e Irak. Actualmente hay 54 periodistas en manos de secuestradores, repartidos en tres países en guerra civil: Yemen, Irak y Siria.
«Reporteros sin Fronteras” está comprometida a muchos niveles con la liberación de todos los detenidos, secuestrados y desaparecidos. Sin embargo, en el caso del bloguero iraní Ruhollah Sam, la esperanza de un final feliz ya ha sido desechada. Sam fue ejecutado el sábado 12 de diciembre de 2020.