El enviado de la ONU para Sudán del Sur, David Shearer, ha advertido de que la apliación del acuerdo de paz alcanzado en septiembre de 2018 en Sudán del Sur se encuentra estancado, con algunos puntos aún por cumplir, y ha prevenido de que las condiciones actuales en el país, podrían provocar una «tormenta perfecta» para su población.
Durante su intervención este martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU para informar sobre la situación en el país, Shearer destacó los logros alcanzados hasta ahora, como la creación del gobierno de unidad el pasado febrero o el hecho de que hayan sido nombrados nueve de los diez gobernadores, entre otras cuestiones. «Pero el progreso se está demorando», previno.
La unificación de las fuerzas de seguridad «está estancada, lo que deja a los combatientes en los centros de entrenamiento a menudo sin comida ni alojamiento adecuado», destacó. Además, la falta de acuerdo sobre el gobernador de Alto Nilo, el único aún sin designar, «se está usando ahora para frenar el nombramiento de los comisarios de condado, que son una parte esencial del gobierno local», lo que a su vez dificulta controlar la violencia intercomunitaria.
Dado que ahora se aproxima la temporada seca, explicó Shearer, cabe esperar un aumento de la inestabilidad en el país lo cual, dadas los factores subyacentes como la elevada inseguridad alimentaria, las inundaciones o el deterioro económico sumado a la persistente pobreza, podría crear «una tormenta perfecta» y agravar todas estas circunstancias, generando nuevas tensiones.
«Anticipándonos a esto, hemos establecido cinco nuevas bases temporales en los ‘puntos calientes’ de conflicto, en línea con nuestro enfoque proactivo de mantenimiento de paz y construcción de paz», explicó el jefe de la UNMISS.
Además, los efectivos de la ONU están desplegados para «disuadir la violencia y apoyar la reconciliación para que las comunidades puedan llegar a un acuerdo de coexistir pacíficamente». «Sabemos que nuestra presencia ha rebajado significativamente el conflicto, especialmente donde podemos contactar con las partes de forma temprana», indicó.
Por otra parte, destacó que la violencia política se ha reducido de forma importante desde la firma del acuerdo de paz, permitiendo la transición de tres lugares de protección de civiles, «creados hace siete años para proteger a la gente que huía del intenso conflicto», a campamentos convencionales para desplazados. Ahora, «muchos residentes van y vienen entre el campamento y las localidades al tiempo que siguen pudiendo recibir asistencia humanitaria», explicó.
Así las cosas, el enviado de la ONU insistió en que lo que quieren los sursudaneses es paz. «Instamos a las partes a que den pasos concretos para insuflar aire fresco al proceso y, por encima de todo, que se comprometan a lograr los dividendos de la paz que los ciudadanos se merecen», pidió, reiterando la disposición de Naciones Unidas a ayudar en ello.
Además, Shearer reconoció que el hecho de que no haya un interés internacional también está afectando al proceso de paz. «La atención de los países del Cuerno de África está comprensiblemente dirigida a otras partes, lo que contribuye a un sentimiento de abandono», indicó, defendiendo la necesidad de que se mantenga la atención en Sudán del Sur y «se guíe el cumplimiento de la paz».